Qué poco importa en esa Valencia devastada que Trump haya ganado las elecciones, que el Supremo haya procesado a Ábalos, que el Gobierno esté a punto de cargarse la mutua sanitaria de los funcionarios. Qué poco importa la actualidad convencional cuando apenas hay luz, ni internet, ni agua potable ni víveres cotidianos. Importa encontrar a los desaparecidos, importa sobrevivir entre el barro , importa saber cuándo se despejarán las carreteras o se reconstruirán las infraestructuras dañadas ('spoiler': va para largo), importa que las ayudas prometidas no lleguen con retraso. Y en segundo plano, como un mar de fondo, resuena entre esas gentes afligidas la porfía por la atribución de responsabilidades a la que se ha entregado impenitente, irredenta, una clase...
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