El primer intento de ataque contra Trump se registró el 16 de junio de 2016 en Las Vegas, Nevada. Un ciudadano británico identificado como Michael Steven Sandford intentó sin éxito quitarle el arma a un agente de policía en un evento de campaña del candidato republicano en esta ciudad.
Tras ser arrestado, Sanford, quien tenía un importante historial de trastornos mentales, declaró que quería asesinar a Trump para evitar que se convirtiera en presidente. Tres meses más tarde fue juzgado y sentenciado a 12 meses y un día de prisión. Sin embargo, fue liberado y deportado a Reino Unido bajo custodia luego de cumplir 11 meses tras las rejas.
Poco más de un año después, cuando Trump ya era presidente, se registró un segundo intento de homicidio en Dakota del Norte. Gregory Lee Leingang, de 42 años, robó un vehículo industrial que se usaba para mover materiales de una refinería de petróleo y lo condujo hasta la caravana presidencial con la intención de matar al entonces presidente. Sin embargo, la carretilla se quedó atascada mucho antes de alcanzar la caravana.
La Policía arrestó a Leingang, quien admitió sus planes ante las autoridades. Lo llamativo del caso es que los agentes de la Policía que atraparon a Leingang solo lo habían arrestado por el robo del vehículo, y se sorprendieron al encontrar que el hombre buscaba asesinar al presidente de los Estados Unidos. La defensa de Lengang aseguró que su cliente tenía una crisis psiquiátrica grave para entonces.
Dos meses después, en noviembre de 2017, las autoridades filipinas arrestaron a un hombre vinculado al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) por planear un ataque contra Trump durante su visita oficial al país por la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. En este caso, contrario al episodio de Dakota del Norte, el Servicio Secreto no fue sorprendido con el plan, pues ya le habían seguido la pista al individuo debido a las sospechas que despertaba la presencia de ISIS en ese país.
Otro caso tuvo lugar en octubre de 2018. Los otros dos episodios nunca recibieron un gran despliegue en la agenda noticiosa debido a que los atacantes nunca estuvieron cerca de llevar a cabo su cometido.
Trump ha sido objeto de más intentos por acabar con su vida este 2024. El expresidente ha sufrido concretamente tres intentos de asesinato en solo tres meses durante la campaña de las próximas elecciones del 5 de noviembre. Uno de ellos consiguió alcanzarle, mientras que los otros dos fueron frustrados antes de que se produjeran.
El primero de ellos tuvo lugar el 13 de julio en Butler, Pensilvania. Su discurso apenas duró unos minutos, hasta que fue interrumpido por una serie de disparos. Hasta ocho. El candidato republicano se agachó rápidamente y se escondió tras el atril.
Thomas Crooks, el autor de los hechos, vestía ropa de camuflaje gris. Se encontraba agazapado en un tejado a escasos 150 metros de su objetivo y portaba un fusil semiautomático AR-15. Una de sus balas logró rozar la oreja derecha de Trump, dejando una foto para la historia —y para la portada de su libro—. Según la CNN, estaba registrado para votar como republicano.
Los agentes del Servicio Secreto consiguieron abatirlo y escoltaron al expresidente. Con el puño en y gritando «luchad» abandonó el lugar a la vez que los asistentes aplaudían y coreaban «U-S-A» (siglas en inglés de Estados Unidos). Hace escasos días, Trump regresó a la ciudad para continuar con el mitin, iniciando su discurso con un «como iba diciendo».
Cumplidos dos meses de la escena, el 15 de septiembre, tuvo lugar un segundo suceso en el club de Golf del candidato republicano en West Palm Beach, Florida. Allí, una persona fue detenida en las inmediaciones del campo mientras portaba un rifle AK-47 con una mira telescópica, una cámara GoPro y dos mochilas.
Los agentes del Servicio Secreto lo avistaron unos 300-500 metros de la valla que delimitaba las instalaciones. Dispararon y el individuo trató de huir en una camioneta negra que estaba dispuesta para la fuga. Un testigo fotografió la matrícula, lo que fue clave para interceptar el vehículo.
Ryan Wesley Routh, de 58 años fue el detenido esta vez. Residente en Carolina del Norte y Hawái, había sido condenado 20 años atrás por tenencia de una ametralladora automática, junto a otros 100 cargos criminales como portar un arma oculta, atropello y fuga. En sus redes sociales incitaba a luchar a favor de Ucrania y «quemar el Kremlin hasta los cimientos». Tanto es así, que en 2023 empleó su perfil de Facebook para reclutar soldados para enviarlos a luchar.
Con respecto al último intento magnicidio, tuvo lugar el pasado 13 de octubre. Vem Miller, un hombre de 49 años de Las Vegas, fue arrestado con una escopeta cargada, una pistola, un cargador de alta capacidad y varios pases falsos para el mitin en Coachella de Donald Trump. Fue detenido cuando conducía un SUV negro.
Ya ha sido puesto en libertad tras pagar una fianza de 5.000 dólares y tendrá que testificar en un tribunal local el próximo 2 de enero. Sin embargo, ha declarado a Southern California News Group que acusarlo es «una completa estupidez».
Se trata de un periodista de investigación y productor de contenidos que, según The Independent, se presentó en 2022 para la asamblea estatal del Distrito 13 de Nevada por el Partido Republicano. En sus redes puede encontrarse fotos con partidarios de Trump, como su propio hijo o Robert F. Kennedy Jr., además de que realiza entrevistas a personajes partidarios del expresidente.
