Siguen el barro, los muertos, las historias desgarradoras, la antipolítica, la indignación natural y la provocada. El caos. Una bomba de relojería. Fétida. Vivíamos tan tranquilos chapoteando en la tragedia y nos sorprende una especie de asalto al Capitolio. «No hagáis caso a todo lo que se publica, porque hay mucha intoxicación informativa y mucha gente interesada en que haya caos», dijo el Rey embarrado a algunas personas con las que habló en Paiporta. Pero ya nos conocemos la portada de 'Hermano Lobo' de Ramón. «O nosotros o el caos», gritan los gerifaltes desde el balcón. «El caos, el caos, el caos», grita el pueblo (buf). «Es igual, también somos nosotros», replican los que mandan. Sobre todo, somos nosotros (ellos)...
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