La secretaria nacional del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep) en Piura, Juana Rosa Ordinola, denunció una grave situación sanitaria que afecta a aproximadamente 4,000 estudiantes en la provincia de Ayabaca. Ante la falta de acceso a agua potable en esta región de la sierra piurana, los escolares se ven obligados a consumir agua contaminada de los ríos, lo que representa un grave riesgo de enfermedades gastrointestinales.
Ordinola explicó que este problema es especialmente crítica en las zonas fronterizas de Ayabaca, la Meseta Andina y Huarmaca, áreas donde el agua potable es inexistente y los servicios básicos son extremadamente limitados. "A pesar de que los alumnos están consumiendo agua contaminada, el Gobierno no ha intervenido en estas zonas", señaló la representante sindical, y subrayó que estos territorios deberían ser prioridad de las autoridades debido a su situación de alta vulnerabilidad.
La secretaria del Sutep Piura instó a que aquellos colegios que no cuentan con servicios básicos de agua suspendan las clases presenciales hasta que se aseguren condiciones adecuadas de salubridad. Ordinola enfatizó que esta medida sería crucial para proteger la salud de los estudiantes y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el consumo de agua no tratada.
Para atender esta crisis, la representante del Sutep pidió un aumento en el presupuesto destinado a las instituciones educativas de estas zonas rurales, así como la presencia de camiones cisterna que puedan suministrar agua potable a los colegios más afectados. Esta acción, según indicó, permitiría aliviar momentáneamente la falta de agua potable en los centros educativos y brindaría un respiro a las comunidades escolares mientras se implementan soluciones a largo plazo.
La falta de acceso a agua potable en Ayabaca se da en un contexto de déficit hídrico que afecta a toda la región de Piura. Debido a esta situación, la Dirección Regional de Educación de Piura emitió recientemente un comunicado en el que ordena la suspensión de clases presenciales en los distritos más afectados, programando un retorno entre el 4 y el 15 de noviembre.
Sin embargo, Ordinola denunció que algunas instituciones públicas han desobedecido esta medida y han continuado con las clases presenciales, exponiendo aún más a los estudiantes al riesgo de consumir agua contaminada.
Ante esta situación, la comunidad educativa, padres de familia y el propio Sutep han hecho un llamado urgente a las autoridades del gobierno central para que tomen cartas en el asunto y prioricen la atención a estas zonas fronterizas. Ordinola advirtió que, si no se interviene de inmediato, esta crisis podría desencadenar una serie de problemas de salud pública que afectarían gravemente a los escolares y a las comunidades de la región.