Más de una docena de feriantes de Lucena se han visto inmersos en el pasaje de destrucción y caos que se ha sembrado la DANA en Valencia , y en él continúan inmersos . Uno de ellos, Antonio Pérez , ha relatado este viernes a ABC lo que han vivido y que lo que están padeciendo con sus atracciones atrapadas en el barro. «Decir que esto es una pesadilla es poco . No se pueden llegar a imaginar lo que esto. La realidad supera a la ficción», asegura Pérez. Luego, rememora que tuvieron la ocasión de acudir a la Feria de Paiporta - la zona cero de este descomunal castigo de la naturaleza-. En aquel momento, confiesa, «no puedes llegar a imaginar que pase algo así». Les encajaba en el calendario mientras llegaba la cita de Navidad en Ibiza. «Vas a los lugares, buscándote la vida y servir al pueblo donde instalas. Pero desgraciadamente, hemos visto una catástrofe », comenta este feriante lucentino. Su hermano mayor fue quien vivió directamente el infierno de agua que sacudió Paiporta el martes -ellos habían montado sus caravanas en otro punto-. «Él nos dijo que no fuéramos a Paiporta. Estuvo acompañado por dos o tres compañeros. Estuvo cuatro horas atrapado en un colegio, con el conserje. Mi hermano pensó que no lo contaba », relata. «Es que aquello era como un tsunami . Hay tres metros de altura de barro en algunos puntos. Y no lo remueven por si puede haber alguien ahí», relata, acercando de forma escalofriante el drama que se vive en Valencia. « Gracias a Dios , no hemos tenido ninguna desgracia personal . Si llegamos a tener alli, en la Feria de Paiporta las caravanas... Pero nos las dejaron poner en otro sitio», afirma Pérez. En lo económico, eso sí, el destrozo ha sido importante: «Mi tío llevaba una atracción . Yo, una. Mi hermano trajo tres negocios». El paso de la DANA las ha dejado « cubiertas de barro , con troncos, sacos de cemento». «Esto nos cuesta el dinero de una temporada o de dos», lamenta. Asgura que « nadie ha ido a la Feria a vernos ni a ayudarnos » -sí ha contactado con ellos el alcalde aracelitano, Aurelio Fernández-. Y ellos no pueden irse de allí sus atracciones, que son «lo que nos da la vida». «Hasta que no tenga el último tornillo, no nos podemos mover para Lucena», afirma. Luego, añade que es que también « estamos expuestos a que nos roben ». «Por la noche, hay oleadas de robos y los agentes no pueden atender a todo», expone. «Esto va a ser muy complicado», dice y concluye, tratando de mostrar un rayo de esperanza y volviendo a destacar la importancia de no haber tenido ninguna pérdida personal: «Pero que de todo sale, menos de la muerte».