Diego Olivares, ingeniero agrícola y experto en jardinería, recomienda plantas con las que aprovechar al máximo esta estación y continuar disfrutando de ellas aunque el buen tiempo se termine
Muchas plantas en poco espacio: siete tipos que puedes cultivar en frascos de agua en casa
Para muchos amantes de las plantas, el otoño es una estación de contrastes. Por un lado, dan un respiro de los sofocantes calores y calendarios de riego pero, por otro, marcan de alguna forma el final del ciclo de crecimiento para muchas de las plantas que tenemos en casa. Lo que no hay duda es que, al mismo tiempo, el otoño ofrece una oportunidad perfecta para cultivar una amplia variedad de plantas, tanto en el jardín como en el interior del hogar, que en verano sería algo más complicado.
En este artículo exploraremos algunas de las plantas más icónicas y fáciles de cultivar en otoño, tanto ornamentales como comestibles, para que puedas aprovechar al máximo esta estación y continuar disfrutando de ellas aunque el buen tiempo se termine.
Mientras los días se acortan y las temperaturas comienzan a bajar, muchas especies vegetales encuentran en esta época el entorno ideal para desarrollarse. Entre las plantas más populares que puedes cultivar en esta estación destacan aquellas que toleran (o les gusta) unas condiciones algo distintas:
Los crisantemos son conocidos como la flor del otoño, con una impresionante variedad de colores que incluyen amarillo, naranja y púrpura. Aparecen en el mejor momento, ya que cuando casi todo parece que termina, estas plantas toman protagonismo en el jardín. Son apreciados no solo por la infinidad de flores que obtienen, sino también por su resistencia al frío, lo que les permite florecer incluso con temperaturas frescas. Perfecto para zonas donde otras plantas serían de complicado cultivo.
Los áster son plantas perennes que iluminan el jardín con flores parecidas a margaritas en tonos azul, morado y blanco. Florecen a finales del verano y en otoño, proporcionando un espectáculo colorido cuando muchas otras plantas ya han terminado su ciclo. Además, son resistentes al frío y atraen polinizadores, como mariposas y abejas, a tu balcón. Punto a favor para un jardín con un extra de biodiversidad.
La clivia es una planta bulbosa, robusta y fácil de cuidar. Es famosa por sus llamativas flores de color naranja y amarillo que aparecen en primavera, aunque también puede florecer en otoño. Aunque no tenga flor siempre, su follaje denso y perenne ofrece un atractivo visual durante todo el año. Es la planta perfecta para colocar en una esquina (muy iluminada) del salón, en el recibidor o bajo la sombra de un porche en el exterior.
La espinaca es una planta de ciclo corto que se puede cultivar fácilmente en casa durante el otoño, bien cultivada en una pequeña jardinera o si es directamente en el suelo, mejor que mejor. Crece bien en climas frescos y produce hojas nutritivas en pocas semanas. Lo bueno de este tipo de plantas es que puedes consumirlas “a la carta”, cortando hojas poco a poco sin tener que arrancar la planta de cuajo.
Aunque a priori su popularidad es menos sexy que la espinaca, la acelga es una verdura resistente que crece bien en casi cualquier parte y condiciones. Además de ser fácil de cultivar, su ciclo corto permite cosechas rápidas. Lo mejor es que no te esperes mucho a cortar las hojas, ya que si están demasiado duras, su sabor será más amargo.
La mizuna es una hoja verde japonesa con un sabor ligeramente picante, ideal para ensaladas, platos salteados y paladares curiosos. Su crecimiento es rápido y se adapta bien a climas frescos y condiciones del otoño. Además, la mizuna tiene la capacidad de rebrotar rápidamente después de cada cosecha, lo que permite alargar su disfrute durante toda la temporada. Simplemente cortando las hojas a unos centímetros del suelo, se estimulará un nuevo crecimiento, proporcionando un suministro constante de hojas frescas.