Una persona en tal estado de desesperación y agresividad, dedicada a confrontar permanentemente con el presidente del Gobierno en la línea que corrobora Tellado, no debería seguir en el cargo. Pocos países aguantarían las amenazas de golpismo sin mover un solo dedo para atajarlas
Reflexionemos sobre en qué país democrático el portavoz del primer partido de la oposición puede decir sin consecuencias: “Nuestra obligación es acabar con este gobierno y lo vamos a hacer con todos los medios a nuestro alcance”. Cuando además es completamente visible que ya lo están practicando con la escandalosa colaboración de sectores de la justicia y de los medios. El sujeto que lo ha afirmado es Miguel Tellado y su partido el PP. Y la obligación que se imponen: pasarse por el forro el resultado de las urnas. Con estos mimbres, cualquiera lo llamaría golpe de estado. Golpe blando, si se quiere, al que pocos elementos le faltan para consumarse.
Es una de las gravísimas anomalías que vive España, en la que estallan sus profundos fallos estructurales que se van agravando con el tiempo al no hacer absolutamente nada por atajarlos. Hay más.
El emplasto de una derecha podrida y antidemocrática -de raíz-, con significados cómplices que se benefician de ella, nos ha traído a un momento de total desquicie. Porque algo falla estrepitosamente en la democracia española cuando la denuncia de un comisionista defraudador fiscal confeso provoca el encausamiento del fiscal general del Estado por haber desmentido un bulo del asesor de su novia y presidenta de Madrid. El meollo es ése. El mar de fondo, mucho mayor.
La revelación de secretos fue de Miguel Ángel Rodríguez, fue él quien envió correos a varios medios antes del desmentido de la Fiscalía. El correo de MAR contaba la historia al revés: que Hacienda había ofrecido un pacto a Gonzalez Amador. Recordemos que el novio de Ayuso defraudó 350.951 euros a Hacienda con una trama de facturas falsas y empresas pantalla. La Fiscalía lo denunció en el juzgado por dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental. González Amador había cobrado comisiones de cuantía obscena por la venta de mascarillas en la pandemia. Un clásico ya. De figurar como “técnico sanitario” se ha convertido en millonario que vive en dos pisos de más de un millón de euros cada uno, con una superficie de 200 metros cuadrados. La presidenta de Madrid comparte vida y alojamiento con él. Es el auténtico quid de la cuestión. Es el “caso Noviuso”. Lo demás, distracción; una trampa de distracción.
Solo por esto Ayuso debería haber dimitido. Luego vino enmierdarlo todo. La infumable historia de los correos y la revelación de secretos. El anuncio de Miguel Ángel Rodríguez de que el fiscal general iba pa'lante sabedor de los planes del Supremo; de la Sala II, de la de Marchena. Esto no es revelación de secretos, ¿no? El auto está lleno de agujeros, hasta reconoce que el Fiscal General no desveló nada no publicado (el email lo tenían más de 18 personas), pero en este momento de España ocurre lo más inverosímil.
Como que siga en el cargo y sin cargos judiciales Miguel Ángel Rodríguez. Un informe de la Comisión Europea sobre las amenazas al Estado de Derecho en España citó expresamente al director de comunicación de Ayuso por haber amenazado a periodistas –en concreto de elDiario.es– por publicar el fraude de la pareja de la presidenta. Sigue ahí, anticipando acciones judiciales de alto rango ¿Qué ha hecho con este país el PP?
Hasta llegar a esta explosión de ira de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid desde su alto puesto político en la Comunidad. Una persona en tal estado de desesperación y agresividad, dedicada a confrontar permanentemente con el presidente del gobierno de España en la línea que corrobora Tellado, no debería seguir en el cargo ni un día más.
No es fácil entender el papel de Ayuso (con novio incluido) en este espantoso pulso contra la democracia que mantiene un poderoso clan de derecha contra el gobierno legítimo. Altos tribunales, medios que se empuercan al máximo por salvar a la pareja, ¿tan esenciales son en sus planes? Con seguridad no son cabeza, a menos que se mezclen negocios de sanidad o de otro tipo, incluso los habituales chantajes en las organizaciones de este cariz. Ella, sin duda, no pasa de peón del tablero pero debe parecerles esencial por su ductilidad y carencia total de escrúpulos. Los 7.291 ancianos muertos sin asistencia sanitaria por el cruel mandato de su gobierno planean sobre Ayuso. La justicia española ha mirado para otro lado, ahora el PP maniobra en Bruselas para bloquear la petición ciudadana de investigar su 'Protocolo de la Vergüenza'. Los conservadores paralizan una reclamación registrada por Marea de Residencias que había recibido el aval para continuar adelante en la Eurocámara. ¿Por qué si no hay nada que ocultar?
Son los riesgos de dar poder a quien usa la política para fines privados sin detenerse en métodos por sucios que sean. Los ciudadanos les otorgan esa capacidad con sus votos. Pero ¿hasta cuándo puede resistir Ayuso con tal grado de violencia en defensa de su sinrazón? Hay fans de la presidenta que siguen sin creer en su responsabilidad en el cruel Protocolo de la pandemia. Se apuntarían a probar sus métodos sin quebrantos en su fe ciega. La propaganda engañosa disfrazada de periodismo hace un daño incalculable ¿Vamos a esperar a eso?
Ayuso debe irse, es urgente exigir y lograr su cese; también Tellado. Lo cierto es que el pulso está muy por encima de la prescindible Ayuso y al partido le sobran portavoces agresivos dispuestos a todo. El PP debería revisar su deriva aunque no lo hará. El Gobierno también tiene que asumir el momento en el que estamos, la sociedad española al completo. Su pacto para renovar el Poder Judicial les ha quedado como un Ecce Homo. Pedro Sánchez, en particular, acaba de recibir una sonora bofetada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a su querella contra Peinado, el juez que da vía a denuncias de la ultraderecha basadas en bulos de sus medios y en el que este tribunal no ve prevaricación. Sobrepasa con creces lo que se puede aguantar. No solo él, sino el resto de los demócratas españoles.
El Partido Popular Europeo anda entregando la UE a los fascismos, sin pararse en que así traiciona los acuerdos con socialdemócratas y liberales que facilitaron la reelección de Von der Leyen para la Comisión. Paradójicamente ha sido la justicia italiana -qué envidia la diferencia- la que ha parado la medida racista de los ghetos para migrantes de Meloni a la que se había apuntado Von der Leyen. Curiosa tanta dejación, pero está claro que tampoco podemos contar con Europa y que expulsar la maleza de nuestro país sería más eficaz y hasta algo más fácil. Pocos países aguantarían las frecuentes amenazas de golpismo de miembros del PP sin mover un solo dedo para atajarlas con firmeza. No se han ocultado ni lo más mínimo para lanzarlas ni ir ejecutándolas. El pulso es a cara descubierta, trampas bajo mano al margen.