El periodista británico Gareth Gore responde a los ataques contra su libro 'Opus', publicado este mes, en el que revela abusos sistemáticos de la organización hacia sus miembros, captaciones secretas y tráfico de seres humanos: "La opinión pública no se traga ese relato falso, pero la Obra tiene apoyos poderosos"
La Justicia argentina acusa al Opus Dei de trata de mujeres y explotación laboral
Sin duda, el Opus Dei se enfrenta a su peor crisis en casi cien años de historia. Cuatro de sus sacerdotes más veteranos van a ser juzgados por trata de mujeres en Argentina. El Vaticano también está llevando a cabo su propia investigación sobre dos denuncias independientes: una acusación referida a niñas en situación de esclavitud y otra por el abuso psicológico, físico y espiritual sistemático al que son sometidos sus miembros. El papa Francisco ya ha despojado a la organización de muchos de sus privilegios y en las próximas semanas podría haber una intervención formal.
Con varios frentes de batalla abiertos, el Opus Dei necesita a una persona especialista en gestión de crisis que le preste un buen servicio de asesoramiento.
En opinión de Yago de la Cierva, que lleva décadas asesorando a clientes en este tipo de situaciones, la forma en que una organización reacciona cuando enfrenta acusaciones graves es crucial. “Se juzga a las organizaciones con mayor dureza en función de cómo han reaccionado al descubrir un problema”, explicaba en un vídeo para el posgrado de comunicación de la universidad de Piura, en Perú (vinculada al Opus). “Cuando la organización, al descubrir un problema dentro, no lo soluciona [...], entonces no es un error de negligencia, es siempre culpable.”
En el vídeo, de la Cierva también hablaba de algo aún peor que los abusos, y era tratar de taparlos, negando su existencia cuando se presentaban pruebas o tratando de desviar el tema para cambiar el foco. “Si en una institución se descubre que ha habido abusos de autoridad, que ha habido bullying, que ha habido cualquier situación injusta, la gente acaba por entender que eso era inevitable; lo que sí sería evitable es que la organización lo tape, lo oculte, no tome las decisiones del caso para apartar a esas personas y para proteger a las víctimas; ese error es mucho más grave que el primero”.
Buen consejo. Y sorprendente, viniendo de Yago de la Cierva, que ocupa ahora mismo el centro de una campaña de desinformación para que la atención de los medios no recaiga sobre las graves acusaciones recogidas en mi libro Opus.
El Opus Dei ha montado una campaña de desinformación: la estrategia consiste en construir una narración completamente falsa, presentando al libro como un ataque a la memoria del difunto banquero Luis Valls-Taberner y acusándome de inventar la mayor parte de su contenido
Publicado este mes en España y el resto del mundo, en el libro se detalla el abuso sistemático de la organización contra sus miembros: la captación secreta, abusos a niños, el uso de la confesión y de la guía espiritual como mecanismo para obtener información sobre nuevos posibles miembros, los tranquilizantes como forma de encubrir problemas de salud mental de los miembros, y el tráfico de seres humanos.
No son acusaciones hechas a la ligera. La investigación que recoge el libro es resultado de cinco años de entrevistas a cientos de miembros y ex miembros en varios continentes.
Frente a acusaciones tan graves, cualquier institución normal habría reaccionado con el compromiso inequívoco y firme de iniciar inmediatamente una investigación, de tomarse muy en serio las acusaciones, y de cooperar con la policía para llegar hasta el fondo. Pero el Opus Dei no es una institución normal. Lleva décadas funcionando como si ella misma fuera la ley, con un desprecio total por el bienestar de sus miembros.
Que haya ocurrido esto es esclarecedor porque deja al descubierto el poder y la influencia que en la España de hoy sigue ejerciendo secretamente una organización acusada de graves abusos y tráfico de seres humanos
En vez de abordar estas cuestiones, el Opus Dei ha montado una campaña de desinformación para desviar la atención de estas graves acusaciones. La estrategia consiste en construir una narración completamente falsa, presentando al libro como un ataque a la memoria del difunto banquero Luis Valls-Taberner (no lo es) y acusándome, sin dar más detalles, de inventar la mayor parte de su contenido. Sorprendiendo a la propia familia de Valls-Taberner, De la Cierva se presenta ahora como un “portavoz” del banquero que se ha empeñado en defender su reputación mancillada.
Como tantas otras cosas en el Opus Dei, se trata de montar una fachada con el único propósito de defender a toda costa a la organización. De la Cierva es miembro del Opus Dei. Fue su portavoz oficial y lleva los últimos 23 años trabajando en la universidad del Opus Dei en Roma.
El libro es extremadamente respetuoso con Luis Valls-Taberner, que es descrito como un “católico devoto y bondadoso”. Quien mancilla la reputación del banquero fallecido es De la Cierva, inventando afirmaciones falsas contra él y haciéndolas circular entre la prensa como maniobra de distracción.
Durante años, ha sido tabú criticar al Opus Dei o cuestionar su papel en la sociedad española. Pero ese tiempo se ha acabado. La organización ha sido desenmascarada y va a tener que rendir cuentas
La opinión pública no se traga el relato falso del Opus Dei, pero la organización tiene apoyos poderosos. Muchos aliados del Opus Dei le han ayudado en la difusión de estas noticias falsas. Basta con echar un vistazo a la cobertura de ABC, de Cope, de El Debate y de Vida Nueva. Muchos de estos medios fueron contactados en su día para hacerles llegar el libro, y ofrecerles entrevistas antes de que saliera a la venta. La respuesta fue que no tenían previsto cubrirlo.
Pero cuando se publicó, se convirtieron en parte integrante de la campaña de desprestigio y distracción del Opus Dei, proporcionando una plataforma a De la Cierva y replicando uno por uno los argumentos del Opus Dei. En casi todos los casos, sin pedirme comentarios.
Que haya ocurrido esto es esclarecedor porque deja al descubierto el poder y la influencia que en la España de hoy sigue ejerciendo secretamente una organización acusada de graves abusos y tráfico de seres humanos.
Durante años, ha sido tabú criticar al Opus Dei o cuestionar su papel en la sociedad española. Pero ese tiempo se ha acabado. La organización ha sido desenmascarada y va a tener que rendir cuentas. De la Cierva, presumiblemente, volverá a su trabajo en el libro que tenía entre manos. Irónicamente, el título es Cómo pedir perdón y ser perdonado. A juzgar por su comportamiento de las últimas dos semanas, no parece que vaya ser muy largo.