Profertil, la única productora de urea granulada de la Argentina, avanza con su proyecto de construcción de una segunda planta en Bahía Blanca. La empresa, cuyo capital se reparte 50-50 entre YPF y la canadiense Nutrien, trabaja para que la iniciativa, calculada en más de u$s 1500 millones, aplique al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). La producción de fertilizantes es, de hecho, la única actividad vinculada con el campo que el Gobierno incluyó en el instrumento, que promociona los desembolsos por encima de los u$s 200 millones.
Hace nueve años que Profertil tiene el proyecto. Sin embargo, empezó a tomar más forma en los últimos meses. "Para la producción de fertilizantes, utilizamos nitrógeno pero, fundamentalmente, fósforo, mineral del cual no hay roca en la Argentina. Pero, en cambio, sí tenemos energía. Eso hace que, acá, haya una oportunidad gigante", valoró Marcos Sabelli, CEO de Profertil, durante un diálogo que él y otra docena de números uno del complejo agroindustrial tuvieron con la prensa este viernes, en la última jornada del Coloquio de IDEA desarrollado en la ciudad de Mar del Plata.
"El proyecto, que es de u$s 1500 millones para construir una segunda planta de urea, depende de dos factores: una macro ordenada y el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones. El RIGI crea un marco de largo plazo. Tenemos tres a cuatro años por delante para construir una planta que se repaga en 15 o 20 años", agregó el ejecutivo.
Profertil alcanzó en 2023 una facturación de $ 233.448 millones, contra $ 145.373 millones de 2022. Despachó 1,36 millones de toneladas, principalmente, de urea (1,33 millones). Su producción superó las 1,54 millones de toneladas (1,22 millones de urea).
Marcos Sabelli, CEO de Profertil.
La empresa quiere escalar a 2,6 millones de toneladas anuales con la segunda planta de urea. Con ese volumen, busca sustituir importaciones -actualmente, el 50% del mercado local, equivalentes a u$s 450 millones al año- y apuntar también a la exportación. Principalmente, a Brasil, el consumidor más grande de ese insumo en el mundo.
"El proyecto necesita financiamiento internacional. Eso, sin una macro ordenada, no puede avanzar", explican en el sector. Una de las barreras es la situación de Nutrien, que, el año pasado, en el marco de una redefinición global de sus negocios, suspendió proyectos de inversión -incluso, en los Estados Unidos- para concentrarse en la producción de Potasio en Canadá. "Es parte del trabajo de convencimiento de que la macro puede funcionar", se describe, sobre las charlas con ese accionista.
Del otro lado, la visión de YPF -y de su CEO, Horacio Marín- es positiva para la ampliación.
Entre tanto, Profertil ya inició gestiones con el Ministerio de Economía para amoldar la inversión al RIGI, algo que es visto como "condición necesaria pero no suficiente" para la empresa.
Por lo pronto, ya se inició el desarrollo de ingeniería y, durante el transcurso de los próximos 12 meses, se tomará la decisión. Se golpearán las ventanillas de organismos bilaterales de crédito, como el Banco Mundial y el Interamericano de Desarrollo (BID).
Otro factor que impulsa es la expectativa de mayor disponibilidad de gas. Si bien el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) elevó el flujo transportado desde Vaca Muerta, ese fluido está totalmente tomado por las generadoras de electricidad. En tal sentido, la iniciativa privada que presentó tgs, de u$s 700 millones para ampliar la capacidad de ese año, está bien vista: ese gas adicional podrá ser utilizado por la industria.
