Los plenos del Ayuntamiento de Sevilla ya no son lo que eran. Todo lo que ocurre ahora en el Salón Colón se parece a lo de antes exactamente lo mismo que un huevo a una gallina. Absolutamente nada. Ya no sólo porque la imagen de aquellos 33 concejales apretados en sus asientos haya pasado a la historia por la pérdida de dos de ellos ante la lejanía de los quiméricos 700.000 habitantes; ni porque ahora tengamos aire acondicionado, a veces, como ayer, más fuerte de la cuenta. Tampoco porque se cambiara el mobiliario por unas bancadas de diseño sueco sin el más mínimo valor, ni porque sea cada vez más extraño ver a un concejal con corbata en señal de...
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