En el ámbito social, Fasano Mertens destaca una marcada disminución en el gasto público y una «expropiación del salario real», lo que ha llevado al resurgimiento de ollas populares, un aumento de la mendicidad y un creciente número de personas sin hogar. En lo económico, el país enfrenta un crecimiento del PBI de apenas el 0,7%, el más bajo en dos décadas. Según datos del Banco Central, más de 1.900.000 ciudadanos están endeudados, de los cuales 650.000 son irrecuperables.
El tema central del quinto capítulo del «Manual para Indecisos» de LA COSA VOSTRA, es la Inseguridad Pública, en el cual el ex director de La República compara los enfoques de los diferentes gobiernos del Frente Amplio y el actual. Cuando Tabaré Vázquez asumió la presidencia en 2005, enfrentó un aumento del 297% en los delitos en los diez años anteriores. José Díaz, el ministro del Interior designado, impulsó un enfoque humanista, centrado en las causas de la delincuencia y en la rehabilitación de los delincuentes, un proyecto que no prosperó debido a la resistencia de gran parte de la sociedad, que exigía una mano más dura contra los criminales.
Con la llegada de José Mujica al poder, Eduardo Bonomi asumió el cargo de ministro del Interior y adoptó un enfoque más pragmático, atacando tanto las causas como las consecuencias de la delincuencia. Fasano elogia la gestión de Bonomi, destacando su colaboración con el comisario Julio Guarteche y el sociólogo Gustavo Leal. Según el periodista, Bonomi llevó a cabo reformas profundas en la policía, modernizando su estructura, aumentando el presupuesto y profesionalizando a los agentes. En su explicación Fasano cita a Jorge Larrañaga, su opositor político, quien en 2018 calificó a Bonomi como «el mejor ministro del Interior de los últimos años». También menciona al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a expertos internacionales como Lawrence Sherman y John Sane, quienes reconocieron los avances de Uruguay en materia de seguridad durante la administración del Frente Amplio.
Fasano hace un repaso detallado de las reformas en seguridad implementadas por el Frente Amplio, incluyendo la creación de una policía comunitaria que buscaba convertir al «policía prepotente» en un protector solidario. También destaca el incremento significativo en el presupuesto destinado a la policía, que en cinco años cuadruplicó sus recursos, y la mejora en los salarios de los agentes, que pasaron de sueldos miserables a salarios más dignos. Estas reformas, según Fasano, modernizaron la fuerza policial, dotándola de nueva tecnología y equipamiento, como helicópteros, drones, pistolas Glock y chalecos antibalas.
Uno de los logros más significativos mencionados por Fasano es la implementación de un sistema de videovigilancia y la geolocalización del delito, así como la modernización de las comisarías y la creación de nuevas zonas operativas.
A pesar de los avances, el experto comunicador también señala que el narcotráfico representa uno de los mayores desafíos para la seguridad en Uruguay. Subraya que el Frente Amplio advirtió en 2018 sobre la inminente llegada de organizaciones criminales internacionales al país, como el Tren de Aragua y el Primer Comando Capital, que ahora controlan barrios enteros y utilizan el puerto uruguayo como base de operaciones para el tráfico de drogas hacia Europa.
En este sentido, Fasano critica duramente la gestión del gobierno actual en la lucha contra el narcotráfico, acusándolo de inacción y de no haber comprendido la «economía del narco», que, según él, es el verdadero campo de batalla para combatir el problema. Acusa al gobierno de Lacalle Pou de haber tomado medidas superficiales, como la Ley de Urgente Consideración (LUC) y la severidad en la represión, sin abordar las raíces económicas del narcotráfico. Además, destaca la falta de inversión en tecnología de interceptación y el debilitamiento de las leyes contra el lavado de dinero, lo que ha facilitado la expansión del narcotráfico en el país.
El hacinamiento en las cárceles es otro tema que Fasano aborda con detalle. En 2019, el Frente Amplio entregó al gobierno de Lacalle Pou un sistema penitenciario con una densidad carcelaria controlada, pero bajo la administración actual, la situación ha empeorado drásticamente. Con un aumento del 40% en la población carcelaria, las cárceles se han convertido en «caldos de cultivo»para el reclutamiento de criminales por parte de las organizaciones de narcotraficantes.
Fasano concluye su análisis advirtiendo que Uruguay corre el riesgo de seguir el camino de Ecuador, un país que, según él, cayó bajo el control del narcotráfico debido a la falta de políticas preventivas efectivas, y realiza un llamado a un gran acuerdo nacional para enfrentar este problema antes de que sea demasiado tarde, señalando que las medidas actuales no son suficientes para detener el avance del crimen organizado.