[[LINK:TAG|||tag|||6336193b59a61a391e0a168a|||Joaquín Sabina]] se despide de ustedes. El mejor cantautor -y mira que los hemos tenido buenos... y muy malos también- del último medio siglo español se baja de la música a sus 75 años, una edad que ni él mismo -especialmente él mismo- hubiera apostado alcanzar, y menos aún musicalmente activo. Pero esta vez la suerte estuvo de su lado -del lado de los golfos, canallas y bohemios- y de tantos como disfrutamos de la música del ubetense.
La cuestión es que el autor de 'Noches de boda' dirá adiós a los escenarios con su última gira, 'Hola y adiós' -título que toma del verso de '19 días y 500 noches': "Dijo 'hola y adiós', y el portazo sonó como un signo de interrogación-; una gira que le llevará durante los primeros compases del año por América y, posteriormente, de mayo a noviembre, por toda la geografía española.
Pero antes de decirnos 'hasta siempre' a viva voz, El Flaco, hijo de Jaén y de Madrid, se guardaba una (pen)última baja en la recámara en forma de canción y, especialmente, de videoclip: ya que es la parte audiovisual la que hace singularmente especial (valga la redundancia) este al parecer último tema de Sabina, titulado 'Un último vals'.
La canción, como su propio nombre indica, se mece a ritmo de vals, un vals heterodoxo, y se compone de una letra autobiográfica o autorreferencial compuesta al alimón por el propio artista junto al poeta Benjamín Prado, compositor de cabecera de Sabina. De la música, como viene siendo habitual, se encarga Leiva, ex de Pereza.
Así, de esta conjunción poético musical, sale una canción, cantada con su característica voz rota de tantas noches en su haber, cuya letra reza lo que sigue en la primera estrofa:
"Cuando no salga mi jeta en los diarios
Ni los novios bailen ya 'Noches de Boda'
Cuando sólo esté de moda si me caigo otra vez del escenario
Cuando el otoño esté más loco que una cabra
Cuando cenes en el bar del hospital
Cuando ensayen los colegas las palabras que dirán el día de mi funeral"
Pero, como se ha dicho antes, lo más especial de esta (pen)última bala de Joaquín Sabina es su videoclip, estrenado ayer a la par que la canción. En este trabajo audiovisual, dirigido por Fernando León de Aranoa -'Los lunes al sol', 'El buen patrón'- un buen número de conocidos amigos se van sumando a la escena.
Una escena, cuyos primeros compases nos muestran a Sabina a su más puro estilo canalla apurando el penúltimo whiskito en la barra de un pub, entre el lujo de un gran hotel vetusto y la cutrez de un putiferio, sólo y acompañado por una guapa camarera. Van entrando, a modo de homenaje, como si fuera un funeral adelantado los amigos: Leiva, [[LINK:TAG|||tag|||633619391e757a32c790c352|||Serrat]], Benjamín Prado, Andrés Calamaro, León de Aranoa, Luis García-Montero, Ariel Rot, Jorge Drexler, etcétera. Aunque sin duda, el guiño más emotivo es cuando el artista jaenero brinda en la distancia con un supuesto Javier Krahe, con quien empezó en la música con La Mandrágora.
En fin, un bonito homenaje, un epitafio cantado y en vida mecido a ritmo de vals.
