Una cumbre de la UE pidió este jueves que se acelere la deportación de migrantes no aceptados en el bloque, en un endurecimiento de la política migratoria tras un giro del bloque hacia la derecha, que volvió a instalar la cuestión en la agenda política.
En las Conclusiones de la cumbre realizada en Bruselas, los 27 países del bloque invitaron a la Comisión Europea -el brazo ejecutivo de la UE- a prestar una propuesta legislativa de "urgencia" sobre migración.
En el documento, los países de la UE pidieron "actuar con determinación a todos los niveles para facilitar, aumentar y acelerar el retorno" de esos inmigrantes no aceptados "desde la UE".
La agenda de la cumbre también incluyó discusiones sobre la guerra en Ucrania, así como la explosiva situación en Medio Oriente, aunque el tema migratorio acaparó todas las atenciones.
La discusión sobre la cuestión migratoria se tornó extremadamente delicada ante la idea de crear centros de deportación (denominados "deportations hubs", o centros de deportación) fuera del territorio de la UE.
La idea es usar esos centros para organizar desde allí la expulsión de esos inmigrantes a sus países de origen.
Al fin de la reunión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo al fin de la cumbre que la idea "no es trivial".
Antes del inicio formal de la cumbre, la primera ministra de Italia, la ultraderechista Giorgia Meloni, mantuvo una reunión con representantes de otros 10 países, para dar detalles de la iniciativa.
Fotografías de la reunión mostraron que Von der Leyen estuvo presente en esa reunión.
Por ese acuerdo, Italia negoció con Albania la apertura de un centro de deportación en la región de Gjader, hacia donde ya fueron enviados migrantes que serán expulsados a sus países.
La UE adoptó hace apenas cinco meses un Pacto de Migración y Asilo pero diversos países buscan nuevas medidas que agilicen los procesos de deportación.
La idea de los centros de deportación, no obstante, enfrenta resistencias.
"No estamos en favor de ese tipo de fórmula, porque no resuelve ningún problema y crea otros problemas nuevos", dijo el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, al fin de la cumbre.
Por su parte, el jefe del gobierno de Alemania, Olaf Scholz, dijo que la idea de esos centros de deportación no era una respuesta viable.
"Si todos seguimos las reglas que ya tenemos, estaríamos más avanzados", dijo.
Sin embargo, más allá de las reticencias, es innegable que el avance y fortalecimiento de partidos de extrema derecha en Europa hizo que la expulsión de migrantes no aceptados se torne un asunto de discusión prioritaria.
Alemania reforzó recientemente sus controles fronterizos en respuesta a sospechas de ataques islamistas.
A su vez, el gobierno conservador de Polonia adelantó que suspendería parcialmente los derechos de asilo, y acusó a Rusia y Bielorrusia de enviar oleadas de migrantes para desestabilizar al país.
La propia Von der Leyen echó combustible al fuego al enviar el lunes a los 27 países del bloque una carta donde discutió la necesidad de facilitar las deportaciones.
En su mensaje, Von der Leyen incluso pidió "explorar" "soluciones innovadoras", como centros de retorno fuera de la UE, desde donde esas personas serían devueltas a sus países.
Von der Leyen sugirió que era preciso sacar "lecciones" del controvertido acuerdo entre Italia y Albania.
Más allá del delicado tema migratorio, los mandatarios europeos incluyeron nuevamente en la agenda la delicada situación en Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, presentó ante los mandatarios de la de la UE su denominado "Plan para la Victoria" en la guerra de su país con Rusia.
Zelenski presentó el miércoles las líneas generales de su plan ante el Parlamento de su país, y este jueves lo hizo ante sus homólogos de la UE.
Los dirigentes de la UE analizaron también la peligrosa situación en Medio Oriente, y se manifestaron en favor de una urgente reducción de tensiones.
No obstante, la UE dejó en evidencia sus divergencias ante las posturas a adoptar con Israel.
Países como Alemania, Hungría, Austria y República Checa defienden con firmeza el derecho de Israel a defenderse y bloquean la adopción de medidas fuertes contra las autoridades israelíes.