La soda, o agua con gas, es una bebida que despierta tanto pasiones como detractores en la mesa de los argentinos. Aunque su efervescencia y sabor son innegables, ¿qué efectos tiene realmente en nuestro cuerpo?
Conoce lo que la ciencia dice sobre el consumo de soda, analizando sus posibles beneficios y efectos adversos.
Tomar soda puede tener una variedad de efectos en el cuerpo que vale la pena considerar. A continuación, se detallan los principales puntos a tener en cuenta según la evidencia científica:
Tanto la soda como el agua sin gas son igualmente eficaces para mantener el cuerpo hidratado.
La clave es que cualquier tipo de agua es preferible a las bebidas azucaradas o con edulcorantes, no solo por su bajo contenido calórico, sino también por su menor impacto en la salud bucal.
La acidez de la soda puede tener un efecto negativo sobre el esmalte dental, especialmente si se consume junto con cítricos o azúcares. Sin embargo, el impacto es generalmente mínimo para la mayoría de las personas.
Alternar el consumo de soda con agua sin gas puede ayudar a neutralizar la acidez en la boca.
Algunas personas pueden experimentar hinchazón o malestar estomacal debido a la acumulación de gases en el sistema digestivo. Esto es especialmente relevante para aquellos con sensibilidad digestiva.
La acidez de la soda puede irritar el sistema urinario en individuos con vejiga hiperactiva, lo que podría ser una consideración importante para quienes sufren de esta condición.
Finalmente, tené en cuenta que la temperatura del agua o la soda también influye en la digestión. Mientras que el agua fría podría ralentizarla al contraer los vasos sanguíneos, también puede aumentar temporalmente el metabolismo, ya que el cuerpo necesita calentar el agua fría a la temperatura corporal.