« Ici c'est Paris (esto es París) ». Ese es el rimbombante lema que luce a gala en pancartas, camisetas y demás productos de mercadotecnia el París Saint Germain. Desde que fue adquirido por Qatar Sports Investments hace poco más de una década, el club de fútbol de la capital de Francia se ha convertido en un símbolo de la ambición deportiva global y ha puesto de relieve la ausencia de otra entidad de primer nivel en la ciudad, una rareza en el balompié europeo. La Premier League inglesa cuenta con siete equipos de Londres , mientras que en Barcelona, Madrid, Turín, Múnich, Manchester, Liverpool o Lisboa conviven dos clubes con solera. El PSG, con escasa historia y pobre palmarés internacional, ha edificado la creciente fuerza y popularidad de su marca en el dinero infinito catarí y en el atractivo sin par de la espectacular Ciudad de la Luz . Ese panorama, al menos en lo que se refiere a apropiarse del tirón universal de la urbe gala, podría verse alterado a corto o medio plazo. Así, este jueves la familia Arnault (Christian Dior, Louis Vuitton, Bulgari...) y Red Bull han anunciado una propuesta de inversión en el Paris FC cuya intención es consolidar en la capital gala un segundo club de primer nivel. Se espera que la familia Arnault — quinta fortuna del mundo, según Forbes — aporte al menos 100 millones de euros (108,22 millones de dólares) al proyecto, con la posibilidad de aumentar el presupuesto hasta 200 millones si el club asegura un lugar en la máxima categoría la próxima temporada, lo que colocaría al Paris FC entre los 10 primeros, y posiblemente cinco, en términos de presupuesto de la Ligue 1. El músculo financiero se complementará con la amplia experiencia de Red Bull en gestión deportiva y desarrollo de talentos, habiendo construido clubes exitosos alrededor del mundo a través de un modelo único que nutre el talento y coordina una red global. «Al menos en el papel, es un matrimonio perfecto porque sirve a un propósito para todas las partes interesadas», señaló el analista deportivo Simon Chadwick a la agencia Reuters. «Red Bull cuenta con una experiencia demostrada de entre 20 y 30 años. Sabe cómo desarrollar propiedades deportivas, no solo vender bebidas energéticas. Su modelo ha demostrado ser exitoso en Salzburgo y Leipzig , y el Paris FC podría ser su próximo gran proyecto«. Si bien el PSG ha aprovechado el estatus de la ciudad como capital mundial de la moda, el arte y la cultura, Chadwick señaló que la marca del club todavía estaba fuertemente ligada a su propiedad qatarí: «Para mucha gente en París, el PSG se ha convertido en la cara de Qatar, no de París o Francia ». «Eso ha dejado un hueco para un club que realmente pudiera representar a la ciudad y a su gente. Hay un gran interés por un club de fútbol parisino con aspiraciones. El público joven, especialmente de la Generación Z y Alfa , está más abierto a nuevos modelos de fútbol, incluidas redes de estilo franquicia como la de Red Bull», argumenta Chadwick . El Paris FC ha tenido dificultades para encontrar una base de seguidores, con una asistencia media la temporada pasada de poco menos de 5.500 personas en su estadio Charlety de 19.000 espectadores , a pesar de que las entradas son gratuitas desde noviembre pasado . A falta de palcos VIP en Charlety, el Paris FC podría mudarse al estadio Jean Bouin , sede del club de rugby Top 14 Stade Francais y situado a solo unos pasos del Parque de los Príncipes del PSG. «París es una ciudad difícil para los proyectos de infraestructura —advierte Chadwick—. Pero con la influencia de la familia Arnault y el apoyo de Macron (presidente del Gobierno francés) , existe una posibilidad muy real de que puedan superar los obstáculos políticos y encontrar un hogar dentro de la ciudad. Además, este proyecto podría crear importantes beneficios económicos y sociales para París». Es más, dependiendo de su presupuesto y en una segunda fase, el Paris FC también podría desafiar el dominio del Olympique Lyonnais y del PSG en la máxima categoría del fútbol femenino francés. El Paris FC se convertiría en el segundo club francés propiedad de un multimillonario después de que Francois Pinault , del grupo Kering (Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent...), adquiriera el Stade Rennais en 1998.