A Kamala Harris le han llovido las críticas por su escapismo ante la prensa desde que se convirtió en candidata demócrata a la presidencia. Tardó semanas en conceder su primera entrevista tras heredar la candidatura de Joe Biden y todavía no ha dado ni una sola rueda de prensa. En los últimos días, eso sí, se ha sometido a entrevistas más exigentes -como la de '60 Minutes', en CBS, el pasado domingo-, dentro de un sprint final mediático para tratar de capturar indecisos. Con ese objetivo, este miércoles se plantó en terrenos adversos - Fox News , la 'cadena amiga' de Donald Trump, la favorita de la audiencia republicana-, la entrevista más complicada que ha enfrentado hasta la fecha . Y se llevó un par de volteretas. El entrevistador, Bret Baier plantó un encuentro combativo, en el que repreguntó sin descansó, interrumpió a la invitada y le puso contra las cuerdas en asuntos incómodos . Nada que ver con el trato que -con excepciones como el mencionada '60 Minutes'- Harris ha recibido en canales que le son simpáticos -como MSNBC- o en la infinidad de entrevistas con locutores de radio y podcast que ha hecho en las últimas semanas. Nada más arrancar, Baier atacó por el flanco que más duele a la vicepresidenta: la inmigración masiva . Trump y su campaña la han acusado de ser la 'zar de frontera' -no es exacto, Harris fue encargada de mitigar las causas de raíz en los países de origen- en una Administración Biden que ha sufrido entradas récord de inmigrantes indocumentados. Le preguntó si conocía el número de esos inmigrantes que su Administración ha liberado en territorio de EE.UU. y Harris trató de salir por la tangente. Baier insistió y, desde el primer minuto, la entrevista eran dos personas hablando a la vez. «¿Me permite que le conteste?», exigió la vicepresidenta, que no evitó que esa fuera la tónica del encuentro. Baier consiguió de inmediato poner a Harris a la defensiva . Le exigió varias veces que pidiera perdón a las familias cuyos familiares habían muerto asesinados por inmigrantes indocumentados. Le mostró un vídeo en el que una mujer responsabilizaba a la Administración Biden por la muerte de su hija. La vicepresidenta repetía que se trataba de «casos trágicos» e insistía una y otra vez en que ella quiere una frontera más segura y acusó, como siempre, a Trump de no buscar el mismo objetivo: el expresidente forzó a sus aliados en el Congreso a no apoyar una ley que tenía apoyos republicanos para dotar de más recursos a la frontera. La visita de Harris a Fox News era una apuesta arriesgada. La vicepresidenta buscaba colocar sus mensajes en una cadena donde lo que reina es un ataque y derribo en su contra. En especial, de los comentaristas de la noche y de primera hora de la mañana (Sean Hannity, Jesse Walters, el panel de Fox & Friends). El objetivo era, sobre todo, que la escucharan mujeres de hogares republicanos donde siempre está Fox News en la televisión y donde puede tener más impacto un mensaje crítico contra Trump o la defensa del acceso al aborto. Pero Baier no le preguntó nada sobre aborto -un tema central en la elección- y Harris tampoco hizo nada por sacarlo a colación. El entrevistador sí le preguntó una y otra vez por posiciones muy progresistas que la candidata demócrata ha defendido en el pasado, como la de utilizar fondos públicos para financiar operaciones de cambio de sexo de reclusos. «Siempre seguiré la ley», respondió y aseguró que con la Administración Trump también se hicieron aplicando esa legislación. Biden tuvo protagonismo en la entrevista. Una línea de ataque habitual de los republicanos es que Harris y otros demócratas han engañado a los estadounidenses durante años sobre la salud física y mental del presidente. Baier le preguntó cuándo se había percatado de que las «facultades mentales» de Biden estaban tocadas y por qué defendió con ahínco -hasta que el presidente renunció a la candidatura- que podía seguir con su labor al frente de la primera potencia mundial. Harris eligió no contestar de forma directa: defendió que el presidente «tiene el juicio y la experiencia» para desempeñar el cargo y que «Joe Biden no están en las papeletas, Donald Trump sí». Kamala, eso sí, aprovechó la entrevista para mostrar la mayor distancia hasta el momento entre ella y Biden, un presidente muy impopular que arrastra a buena parte del electorado en su contra, pero del que tampoco puede renegar por ser su vicepresidenta. « Seré muy clara: mi presidencia no va a ser una continuación de la presidencia de Joe Biden . Y, como cada nuevo presidente, traeré mis experiencias e ideas frescas y nuevas», dijo. «Represento a una nueva generación de líderes». Mientras Harris se llevó cornadas de Baier, Trump recibió un baño y masaje el mismo día, en el mismo canal. La entrevista con la vicepresidenta se emitió unas horas después de que Fox News programara un 'town hall' -encuentro con votantes- con el expresidente. Fue en un formato para él: solo mujeres, en un intento de mejorar posiciones en el género en el que Trump sufre más. Trump regaló sus habituales falsedades -»nadie quiere que el aborto sea regulado por el gobierno federal»-, exageraciones -infló, como siempre, el número de inmigrantes indocumentados- y 'boutades' -se llamó a sí mismo «el padre de la fertilización in vitro»-. En ningún momento fue corregido por la periodista que moderó el evento, Harris Faulkner.
