La Iglesia católica, a través del papa Francisco y el Colegio Cardenalicio, celebró un nuevo aniversario de la reforma moderna más importante en Roma: el Concilio Vaticano II. En este contexto, los referentes eclesiásticos analizaron cambios que dejaría el cónclave.
El evento de oración y reflexión dogmática que reunió a las cabezas religiosas comenzó a principios de octubre y concluirá a fin de mes. Sin embargo, algunos de sus puntos más fuertes abordados incluyeron problemáticas políticas y sociales:
El Vaticano definió este evento como "una asamblea en la que un grupo de obispos, reunidos con el Santo Padre, tienen la oportunidad de intercambiarse mutuamente información y compartir experiencias con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal".
En este caso, distintos referentes eclesiásticos del mundo señalaron que "el método de esta sesión es revolucionario y tiene mucho que decir al mundo" sobre los temas abordados y remarcaron que "las soluciones propuestas son para el bien de todos".