Hubo un presidente de un país de la UE que llegó al poder sin ganar las elecciones, que gobernó gracias a un acuerdo entre cinco partidos y que terminó siendo condenado por corrupción. Eso sí, era bajito, calvo y feo. Se acaban de cumplir treinta años de la huida a Túnez de Bettino Craxi, el líder del Partido Socialista Italiano (PSI) que dirigió el país transalpino gracias a un 'gobierno Frankeinstein' que agrupaba a socialistas, republicanos, liberales y demócratas cristianos, aliados todos ellos contra el poderoso Partido Comunista de Enrico Berlinguer. Craxi era un superviviente de la política con una extraordinaria capacidad para aprovecharse de las circunstancias. Fue elegido secretario general del PSI sin apoyos –apenas controlaba el 10% del...
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