Las autoridades españolas requisaron a comienzos de octubre 13 toneladas de productos químicos con destino a Rusia, un cargamento que infringía las sanciones internacionales, anunció este martes la policía.
La carga fue interceptada "en un contenedor localizado en el recinto aduanero del Puerto de Barcelona", explicó en un comunicado la Policía Nacional española, que detuvo a cuatro personas en la operación.
Los sospechosos "de un delito continuado de contrabando de géneros prohibidos", fueron arrestados el 8 de octubre y presentados ante el juez de instrucción a cargo del caso, precisó a AFP una portavoz de la policía.
La investigación, detalló el comunicado, había arrancado en 2022, después de que las autoridades identificaran operaciones sospechosas por parte de una empresa "gestionada por ciudadanos de origen ruso".
Las mercancías estaban destinadas oficialmente a empresas situadas en países vecinos de Rusia, "como Armenia o Kirguistán", indicó.
Pero estas "empresas interpuestas en ningún caso eran receptoras de la mercancía", que finalmente se "desviaba por vía terrestre a la Federación Rusa", añadió la nota.
Durante la investigación, los agentes constataron, según indicó la policía, que las mercancías eran "productos químicos sancionados internacionalmente, algunos de ellos posibles precursores de armas químicas o agentes nerviosos".
Preguntada por AFP, una portavoz de la policía no precisó el origen de estos productos ni si existían elementos que indicaran que iban a usarse para fabricar armas.
La Unión Europea prohibió las exportaciones hacia Rusia de productos tecnológicos que pudieran usarse para fabricar armas, como microprocesadores, como parte de las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania.
Pero estas medidas, que buscaban debilitar la máquina de guerra del Kremlin, fueron en gran medida eludidas por Rusia gracias a la complicidad de terceros.