En un momento en el que el mercado laboral español aún destila cifras consistentemente positivas en términos de creación de empleo, en máximos históricos con 21,19 millones de cotizantes, y de situación de paro registrado con 2,57 millones de inscritos en el SEPE, en mínimos desde 2008, según las estadísticas oficiales publicadas mensualmente por los ministerios de Trabajo y de Seguridad Social, la comparativa internacional da cuenta del problema estructural que afrontan los actores sociales para llevar los niveles al entorno de la media de los países comparados. Así lo vuelve a recordar el último balance publicado por la OCDE , donde España lidera el 'ranking' de desempleo de los 38 países más desarrollados del mundo con una tasa de paro del 11,3%. Y en el que además de también situarse a la cabeza del desempleo juvenil, con un volumen del 24,7%, la cifra más que duplica la media de la OCDE (11,4%). En este sentido, según revela el informe de situación del mercado laboral publicado por la OCDE con datos a cierre de agosto de 2024, España aparece de nuevo como la potencia con mayor tasa de desempleo agregado . Aquí, el servicio de estudios de la organización internacional eleva el volumen de parados (sobre los registros del SEPE) hasta 2,78 millones de parados. Y la tasa del 11,3% registrada supone más del doble que la media de la OCDE (4,9%) y el que la de los países del G7 (4,3%) y también casi duplica la media de la Unión Europea (5,9%) y de la eurozona (6,4%). De hecho, sólo Colombia (10%) y España rebasan la cota de los 10 puntos porcentuales de desempleo de todos los 38 países OCDE. Cabe recordar en este punto que el Gobierno español está maniobrando para tratar de reducir la tasa de paro hasta el entorno del 8% en la presente legislatura, que vence en 2027, con medidas de refuerzo de los programas de formación del SEPE y que ahora pretende azuzar con las bonificaciones a la contratación por la reducción de jornada, mejoradas para los que se realicen a parados mayores de 55 años, jóvenes y mujeres, que constituyen la gran mayoría del desempleo de larga duración. Precisamente, esta irreductible losa es la que hace que el descenso del desempleo se encuentre estancado en los últimos meses , con una tasa que apenas se reduce por décimas desde que se rompiera el suelo del 12% en el tercer trimestre de 2023. En lo que parece, pese a las dudas sobre la calificación técnica del Ejecutivo de tildar ese 8% de paro como pleno empleo, que parece una cota difícilmente alcanzable en el plazo marcado por el Gobierno. Y una vez más, el balance de situación que realiza la OCDE deja en especial mal lugar a los menores de 25 años , donde el paro afecta a una cuarta parte sobre la población trabajadora de esta cohorte. Así, la tasa del 24,7% a cierre del mes de agosto supone más del doble que la media de la OCDE (11,4%) y el G7 (10,3%) y también casi duplica a la de la Unión Europea (14,3%) y la eurozona (14,1%). No en vano, en este caso, la reducción paulatina sí muestra una senda más consistente desde el 29,7% registrado de media en 2022. También en este punto, las cifras de la OCDE sí muestran niveles sustancialmente más elevados entre el resto de países comparados respecto a sus tasas generales de paro. Cerca de España se encuentras Estonia y Suecia , con un volumen de desempleados menores de 25 años del 22,7% y 22,1%, respectivamente. Y otros cuatros países (Eslovaquia, Luxemburgo, Lituania y Colombia) rebasan la cota del 20% de paro juvenil, mientras que Grecia y Portugal superan el 19%.