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Si no tienes un hijo directamente afectado es posible que no estés entendiendo bien qué está pasando con la Selectividad y por qué protestan estos días los estudiantes de 2º de Bachillerato (que, por cierto, obtuvieron una pequeña victoria moral ayer).
La queja es básicamente que con un mes largo de clase a sus espaldas aún no saben cómo va a ser la Ebau. Este es un año complicado porque la Selectividad cambia para adaptarse a la Lomloe y aunque el cambio aún tendrá más recorrido, es gradual, ya este curso se va a modificar lo suficiente como para que los ejemplos anteriores no sirvan.
El problema es que el Ministerio de Educación primero hizo una propuesta (que incluía una prueba de madurez), luego la retiró por las críticas recibidas y en esas Pedro Sánchez adelantó las elecciones. Se aparcó la reforma en un cajón hasta que hubiera nuevo gobierno y ahora los plazos se han echado encima. Educación ha hecho su parte y aprobó en junio un Real Decreto de mínimos, que debe ser rematado por los rectores de universidad y las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias.
En ese punto estamos. CRUE y consejerías de Educación todavía no han aprobado cómo va a ser el examen definitivo –aunque sí han tirado algunas ideas– y estudiantes y profesorado están inquietos porque están “trabajando a ciegas”. Tampoco es que no se sepa nada de cómo va a ser la Selectividad, está ese documento de referencia de los rectores, pero tienen razón en protestar porque no haya referencias. Es la primera generación a la que le pasa esto. No acabo de ver esa queja de que están en “inferioridad de condiciones respecto a otras convocatorias” porque al final van todos igual al examen, pero ahí la recojo.
Quizá no debería ser así, pero la realidad es que 2º de Bachillerato está marcado por la Ebau. El año académico se dedica a preparar el examen, y sin los modelos es más complicado. El catedrático de la UNED Juanma Moreno resume bastante bien la situación: “Si te pones en su lugar, no basta el decreto [de mínimos del Gobierno]. Pero si la demanda es qué entra en el examen, eso sí se sabe. Por ahí no estarían justificadas las protestas. Lo que no está claro y da sentido a las quejas es que no se sabe el formato del examen. Una cosa es lo que entra en el examen y otra cómo me lo vas a preguntar. No es lo mismo un test de opción múltiple que una respuesta a desarrollar durante cuatro folios”.
El Sindicato de Estudiantes obtuvo ayer el compromiso formal de Educación y Universidades de que para el día 26 de octubre estarán los exámenes. Es curioso que ambos ministerios se comprometan a algo que no depende de ellos (es cosa de las comunidades). Ante el silencio ministerial (les hemos preguntado) solo cabe intuir que tienen el compromiso de los Gobiernos regionales. De hecho, alguno como Galicia ya ha publicado modelos.
No parece que el Sindicato de Estudiantes vaya a replicar los éxitos de las manifestaciones estudiantiles de los 80 en las que se hizo famoso el Cojo Manteca –que lograron acabar con lo que se llamaba “la conferencia” de la Selectividad, entre otras cuestiones–, pero por el momento le han arrancado un compromiso a dos ministerios. Más difícil parece que logren su objetivo último, hoy como ayer abolir la Selectividad y que cada uno pueda estudiar lo que quiera donde quiera. Pero hoy gritan victoria.