La cifras son contundentes y optimistas. España alberga la mayor diversidad de especies de Europa y se ha consolidado como uno de los 25 puntos clave de biodiversidad a nivel mundial. La considerable extensión de su territorio, su variada configuración geográfica, su exposición a influencias climáticas diversas, y su compleja historia biogeográfica, explican esta alta biodiversidad, junto con la larga y fecunda historia agro-cultural de sus pobladores.