Uruguay ha sido pionero en la legalización y regulación del cannabis en todo el mundo. Desde la implementación de este innovador modelo en 2017, el país ha permitido a sus ciudadanos acceder al cannabis legalmente mediante tres vías: cultivo doméstico, clubes de membresía y venta en farmacias. Esta última opción es donde se concentra gran parte de la atención, debido a su naturaleza única de integración estatal. El Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) regula todo el proceso, desde la producción hasta la venta, asegurando un control sobre la calidad y distribución del producto.
Este enfoque ha sido considerado un experimento único, ofreciendo lecciones sobre cómo un estado puede gestionar y controlar la industria del cannabis de manera efectiva. A través de su red de farmacias, el estado facilita el acceso a cannabis con calidad controlada, minimizando la migración hacia el mercado negro, que históricamente ha brindado productos sin regulaciones ni garantías de calidad.
El próximo lanzamiento de la nueva variedad de cannabis llamada Épsilon marcará un hito el 15 de octubre. Épsilon es una cepa híbrida, mayormente sativa, diseñada para ofrecer un contenido de THC inferior o igual al 20% y un contenido de CBD que no supera el 1%. La presentación del producto estará disponible en paquetes de 5 gramos, con un costo de $570 pesos, y se venderá en farmacias autorizadas. Esto representa un paso significativo en la diversificación del mercado legal de cannabis.
Como parte de un prelanzamiento, las cantidades disponibles inicialmente serán limitadas, lo que podría generar un interés sustancial entre los usuarios registrados dentro de la red de farmacias. Esta estrategia permitirá a los usuarios tener acceso temprano a esta nueva variedad mientras la producción se ajusta para satisfacer la demanda futura. El diseño del empaque también es una innovación, utilizando materiales trilaminados con cierre tipo zipper para conservar la calidad de las flores de cannabis, que se venden secas, sin moler ni prensar.
Las empresas privadas responsables de cultivar y procesar Épsilon operan bajo licencias otorgadas por el IRCCA, cumpliendo con normativas diseñadas para garantizar la calidad del producto desde la semilla hasta la venta. Cada lote de producción pasa por rigurosos análisis en laboratorios especializados que examinan parámetros microbiológicos y fisicoquímicos para asegurar la ausencia de patógenos y metales pesados, respectivamente.
Este enfoque integral asegura que los productos dispensen seguridad y bienestar a los consumidores, alejándolos de productos ilegales que carecen de controles adecuados y que podrían representar riesgos para la salud. Las medidas de control también permiten rastrear y asegurar la pureza de cada lote de Épsilon, ajustándose a las exigencias regulatorias previamente establecidas.
La regulación uruguaya tiene como uno de sus objetivos principales la reducción del mercado negro. Aunque la erradicación completa aún está lejos de alcanzarse, se ha notado cierta disminución en su volumen y una mejora en la calidad de los productos ofrecidos en el mercado legal. La política también busca incrementar la aceptación social del proyecto, aunque todavía hay sectores opuestos a la legalización del cannabis.
El modelo uruguayo también ha generado nuevos ingresos fiscales, provenientes de la venta de cannabis legal, que son redirigidos hacia programas de prevención y tratamiento de las adicciones. Este flujo de recursos mejora la respuesta estatal en varias áreas sociales, demostrando la capacidad del estado para transformarse positivamente a través de políticas bien estructuradas.
En el último informe oficial del Instituto IRCCA, publicado el 31 de diciembre 2023, indica que en Uruguay hay 86,207 usuarios de marihuana registrados. Esta cifra equivale a aproximadamente el 2.5% de la población del país.
Por otro lado, Daniel Radio, secretario general de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, explicó en el programa Quién es quién (a principios de este año), que los más de 3.000 kilos que se vendieron en las farmacias durante 2023, representan una recaudación total de unos USD 6,5 millones, estimó.
“Si no hubieran entrado a las farmacias, hubieran entrado a las bocas. Si a eso le sumamos lo que producen los clubes y lo que los cultivadores dejan de comprar porque cultiva, según nuestros cálculos, son USD 25 millones lo que le estamos sacando a los narcotraficantes”, aseguró. Este valor representa la mitad del mercado de cannabis de Uruguay. “En total, son USD 50 millones. Sin regularización, estarían yendo para los narcos”, aseguró el jerarca.
Aunque los avances son visibles, el sistema todavía enfrenta desafíos significativos. En sus etapas iniciales, la demanda de cannabis en farmacias no cumplió las expectativas, pero esta dinámica ha mostrado cambios con la incorporación de nuevas variedades y una mejor difusión de la información entre los usuarios. La logística de distribución sigue siendo un reto, requiriendo mejoras continuas para optimizar la entrega del producto a las farmacias.
A nivel internacional, la legalización del cannabis en Uruguay ha generado críticas y preocupaciones sobre el posible aumento en el consumo y los riesgos asociados. Sin embargo, el proceso uruguayo sigue siendo un referente que provoca interés y consideración en la comunidad global, formando parte de un diálogo más amplio sobre el futuro de la legalización del cannabis a nivel mundial.