Marta Rovira, secretaria general de ERC, se ha despedido de la primera línea política este lunes, en una conferencia pública, tras 13 años en el cargo. Dejará la dirección del partido el 30 de noviembre, cuando se celebre la jornada electoral del congreso del partido, y desde esta semana su cargo estará en funciones ya que el martes se proclamarán las candidaturas que aspiran a controlar la formación. Rovira ha aprovechado la conferencia para hacer un balance de sus 13 años como secretaria general pero, sobre todo, ha cargado duramente contra Oriol Junqueras. La 'número dos' de ERC, que controla la formación ya sin Junqueras desde junio, ha señalado que, desde su punto de vista, «tiene que haber nuevos liderazgos en el movimiento independentista», motivo por el que ha decidido apartarse de la primera línea política. Una decisión que considera que deben adoptar el líder de Junts, Carles Puigdemont, y principalmente, el que hasta hace unas semanas era el presidente de ERC. «¿De verdad alguien cree que los que no pudimos hacer [la independencia] podremos arreglarlo? Durante siete años han demostrado que son incapaces», ha dicho, en referencia a Junqueras y Puigdemont. Pero, principalmente, Rovira ha cargado duramente contra con quien formó tándem político en la cúpula de ERC desde 2011. De Junqueras y su equipo ha concretado que, en las últimas semanas, con el objetivo de ganar el congreso, «genera toxicidad», porque «se presentan para salvar al partido contra la dirección actual», una dirección, ha recordado la dirigente, que era la de Junqueras. «Somos la dirección de Oriol Junqueras, nos conocemos bien. Pensaba que los 13 años con Junqueras tenían que acabar bien, pero no», ha lamentado. En este sentido, la secretaria general ha responsabilizado a Junqueras de todas las decisiones del partido y le ha acusado de llevar a cabo, ahora, «un discurso negativo, en contra, en buena parte, de su equipo». Rovira ha justificado el contenido de la conferencia porque le ha pedido una reunión a Junqueras «y a seis personas de su equipo», pero desde que volvió de Suiza, en julio, «solo nos hemos visto 10 minutos en Cantallops [pueblo de Gerona en el que Rovira hizo el primer acto tras volver a España y al que acudió Junqueras]». Y se ha dirigido a él con un ruego: «Todo tiene un final. No lo hagamos separados y divididos». Así, Rovira se ha lanzado contra Junqueras, al que ha acusado de tener en marcha «una estructura paralela» en chats en los que ella no estaba y en los que se tomaban decisiones importantes como los pactos con el PSC (en las diputaciones, el Ayuntamiento de Barcelona y para colocar en la Generalitat de Salvador Illa a cargos de ERC cercanos a Junqueras), la negociación de la ley de Amnistía e, incluso, uno de diputados en el Congreso, al margen de «la dirección» y, desde luego, de ella misma, ha asegurado. Y ha defendido que el tiempo que Junqueras estuvo en la cárcel nunca estuvo al margen del partido y sin apoyo, legal o político, tal y como denunció el mismo expresidente de ERC. «Para ganar el congreso [que se cierra el 30 de noviembre con la jornada electoral], hay quien cree que cuanto peor, mejor para él; pero yo creo que es peor para el proyecto común», ha indicado Rovira, añadiendo que «desde hace unos meses, hay quien se obceca en que no se pueda recoser» la división interna, con motivo del congreso y de los malos resultados electorales en las últimas elecciones autonómicas que dejaron a ERC fuera de la Generalitat. «Pensar diferente no puede penalizar a nadie y pensar diferente no puede ser nunca dividir», ha reclamado, haciendo, seguidamente, un llamamiento a las cuatro opciones que aspiran a suceder a la actual dirección para que «confronten ideas» y «dejen de confrontar a personas». Otro mensaje directo contra Junqueras, del que ha dejado caer, además, que no gestionó bien el 1 de octubre de 2017: «Algunos se olvidaron aquella misma noche [del 1 de octubre de 2017, tras el referéndum] de tirar del carro y tomar decisiones». Sí ha elogiado a Carme Forcadell, presentadora de su conferencia y presidenta del Parlament en 2017, pues «fue el único liderazgo que se atrevió a declarar la independencia». Un dardo, también, contra Puigdemont, que se fue de España unos días después. Respecto a los últimos pactos de ERC, la política que está en la rampa de salida, ha desvelado que «la dirección», de la que formaba parte, no tuvo en cuenta su opinión contraria a que la formación pactase con el PSC en las diputaciones y se acercase a un acuerdo con los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona. Ha criticado, igualmente, a la líder de ERC en la capital catalana, Elisenda Alamany, que es la 'número dos' de la candidatura de Junqueras. Y, en este sentido, Rovira ha vinculado que dejar de lado a los comunes en la negociación de Barcelona, que ERC mantuvo solo con el PSC, tuvo sus consecuencias en el Parlament: los comunes tumbaron las cuentas de Aragonès y este tuvo que convocar elecciones (cuyas listas no contaron con su visto bueno, ha asegurado). Para Rovira, no es justo que Junqueras no quiera asumir, ahora, esta responsabilidad. Sí ha defendido, sin embargo, el pacto con el PSOE en el Congreso, que permite a Pedro Sánchez mantener La Moncloa. Lo ha hecho porque permite a ERC alejarse del federalismo y acercarse al objetivo de la independencia. «Avanzamos paso a paso porque no podemos hacerlo de otra manera en el contexto que tenemos», ha recordado. Y ha añadido que nadie en el PSOE les ha pedido que «renuncien a nada», ha insistido en que los indultos y la reforma del Código Penal (eliminación de la sedición) no eran demandas de ERC (el objetivo era la amnistía) y ha asegurado que: «No somos reformistas españoles». En esta línea, ha reivindicado lo que se hizo en 2017. «Sembramos un semilla que procuraremos que germine. Internacionalizamos la causa y hemos aprendido muchas cosas para que la próxima vez lo hagamos mejor. Esto nos da un poder político para conquistar el referéndum de autodeterminación. Estuve ahí, lo volvería a hacer y volveré a estar». Al acto han asistido los miembros de las ejecutivas desde 2011 que han aceptado la invitación, entre ellos, Aragonès, Marta Vilalta, Raquel Sans, Dolors Bassa y Josep Maria Jové. Básicamente, los que apoyan la lista de Xavier Godàs. Más allá de las duras críticas a Junqueras, la dirigente de ERC ha hecho un balance positivo y, en algunos momentos (económicos, organizativos…) triunfalista, de sus 13 años como secretaria general. Ha vuelto a pedir disculpas por la gestión del caso 'carteles de los Maragall', realizados desde el partido que utilizaban el alzhéimer de Pasqual Maragall para ganar votos en 2023. Se ha definido «socialista» e «independentista» y ha dicho que sus referentes en el partido han sido Josep-Lluís Carod-Rovira (que ya no es militante), Joan Puigcercós, Joan Ridao, Xavier Vendrell y, con la boca pequeña, el mismo Junqueras.