Durante el pasado mercado de fichajes, Loïc Badé protagonizó uno de los culebrones más movidos del verano . Varios fueron los equipos europeos que tocaron la puerta del Sevilla FC para preguntar por el francés, que saltó al candelero tras su gran participación en los Juegos Olímpicos de París 2024. El club de Nervión dejó claro que por menos de 20 millones de euros no negociaba y hubo un par de clubes que estaban dispuestos a pagarlos. No obstante, Badé está muy cómodo en Sevilla y mostró su deseo de quedarse. Los proyectos ofrecidos no le satisfacían del todo y su implicación en Nervión es indudable. Aunque este año no haya entrado en la nómina de capitanes, es uno de los líderes de la plantilla. Su carisma lo ha convertido en uno de los jugadores más queridos por la grada y, además, es el mejor central que tiene actualmente la plantilla. El único fijo indiscutible en el centro de la defensa. Tras no cuajar ninguna oferta, el Sevilla FC aprovechó la tesitura para renovarle el contrato hasta 2029 . En la misma semana, Deschamps lo llamó para debutar en la selección absoluta de Francia, algo que no pudo consumar por culpa de una lesión en el isquiotibial. Ahora, el nombre del jugador vuelve a estar en las apuestas para marcharse al Liverpool, que busca un recambio para Virgil van Dijk. Desde Inglaterra apuntan a que Badé es, junto a Gonçalo Inacio, del Sporting de Portugal, uno de los futbolistas preferidos por el Liverpool para reforzar la retaguardia. Cuestionado por su salida, Badé siempre ha defendido su deseo de permanecer en Nervión. «Yo me siento bien aquí. Siento que tengo que quedarme aquí. Me quedo. Vamos a hacer una buena temporada. Tengo mucha confianza en el proyecto. Sí, claro, me quedo», dijo tras el Sevilla-Villarreal.
