En el Perú, la licencia de conducir es un documento fundamental que habilita a los ciudadanos peruanos para manejar vehículos a nivel nacional. Su emisión, a cargo del Ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), reviste una gran importancia en el marco de la seguridad vial.
Para obtenerla, es necesario cumplir con ciertos requisitos, entre los cuales se encuentra el respeto a una edad máxima para solicitarla. En esa contexto, ¿pueden los menores de edad sacar la licencia de conducir? Revisa lo que dice el MTC.
Según la normativa establecida por la página oficial del gobierno peruano, las personas menores de 18 años sí pueden obtener su licencia de conducir, pero en situaciones excepcionales esto para asegurar el debido proceso.
Para que un menor de 18 años pueda iniciar el trámite para sacar la licencia de conducir el MTC aclara que solo en ciertos casos pueden hacerlo, por ejemplo, deberán estar casados o poseer un título oficial que les habilite para ejercer su profesión con plena capacidad de derechos civiles. Es importante tener en cuenta estas condiciones para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de conducción vehicular.
Según las normativas del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), los ciudadanos peruanos, a partir de los 70 años, deben renovar su licencia de conducir cada año, presentando certificados médicos que acrediten su capacidad para manejar. Esta medida tiene como objetivo garantizar que los conductores de mayor edad puedan seguir conduciendo, siempre y cuando cumplan con los requisitos médicos correspondientes. No obstante, mediante el Decreto Supremo N.º 007-2016-MTC se estableció que es posible obtener y renovar la licencia de conducir hasta los 80 años. Esta disposición busca conciliar la seguridad vial con la movilidad de los adultos mayores en nuestro país.
De acuerdo con las disposiciones del MTC, se ha establecido la viabilidad de conservar tanto la licencia de conducir en formato electrónico como en formato físico. Los conductores tienen la alternativa de utilizar la versión electrónica en su día a día, aprovechando su practicidad, al mismo tiempo que mantienen la versión física como respaldo en casos de emergencia. Esta opción de poseer ambas versiones no implica un costo adicional considerable, y los procedimientos para obtenerlas son accesibles y eficaces.
