El público fue a ver una corrida de Miura , que no vio. Y se enfadó. Motivos no faltaron. La mañana ya comenzó con uno de Zaheriche rechazado y un remiendo de Concha y Sierra. En la plaza, el tercero y el quinto se fueron a los corrales por inválidos y saltaron dos sobreros de Peñajara y Gavira . Y todo en un ambiente insufrible con los tendidos cada vez más crispados. Los toreros tampoco traspasaron líneas que hicieran de la tarde algo medianamente digerible. Manuel Escribano estuvo solvente, sí, pero debió estar mejor con el cuarto, el único de Miura que embistió con cierta nobleza. Los apuntes y medios muletazos no fueron suficientes para levantar una tarde hundida. Esaú...
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