Con el título de "Ai Weiwei. Don Quixote", a partir del 9 de noviembre podrá visitarse en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) una extensa muestra que reúne grandes instalaciones, una selección de obras realizadas con bloques de Lego y películas creadas por el artista y activista de origen chino. El MUSAC presentará uno de los proyectos más ambiciosos de Ai Weiwei (Pekín, 1957) hasta la fecha que incluye trabajos realizados en los últimos 20 años de trayectoria de este creador, conocido por su capacidad de fusionar arte y activismo político. Es también la primera exposición que exhibe en profundidad su serie de cuadros realizados con ladrillos de construcción de juguete.
Respecto a ellos, el MUSAC ha facilitado declaraciones del artista en las que indica que "Lego, al igual que los mosaicos antiguos, los diseños textiles y de alfombras, o la impresión con tipos móviles de madera de la dinastía Song (c. 1000 d.C.), encarna una sensación de atemporalidad". La exposición, que podrá visitarse hasta el 18 de mayo de 2025, está comisariada por el director del MUSAC, Álvaro Rodríguez Fominaya, y ha sido diseñada junto al artista en exclusiva para el museo leonés, el único centro en el que podrá verse.
Para encontrar el origen de "Don Quixote" es necesario retroceder hasta la infancia de Ai Weiwei cuando el artista leyó la obra de Cervantes que estaba en la biblioteca de su padre. Viviendo en los desiertos remotos de Xinjiang, donde su padre había sido deportado, la pareja formada por Don Quijote y Sancho Panza le reveló que se podía concebir todo un mundo de fantasía, más allá de la doctrina maoísta que dictaba que todo se ajustase a la lógica y la racionalidad.
"Don Quixote no se ha concebido como una retrospectiva", ha explicado Rodríguez Fominaya, que precisa que, aún así, aborda las temáticas centrales de su trabajo: la libertad de expresión, las crisis migratorias y la defensa de los derechos humanos. La exposición destaca por sus dimensiones: incluye 44 obras entre instalaciones, cuadros de ladrillos de construcción de juguete, esculturas, vídeos y películas y ocupa unos 1.700 metros cuadrados, más de la mitad del espacio expositivo del museo.
Cada sala está pensada de forma inmersiva, con una "piel" que generan obras en formato de papel pintado de suelo a techo, con más de seis metros de altura. A esto se suman diez películas que resumen la obra de Ai Weiwei, desde el documental "Marea humana" (2017) hasta el vídeo "Beijing 2003" (2003).