Todos conocemos a Cristóbal Colón, uno de los personajes históricos más importantes de España que no requiere presentación. Tras su muerte, cientos de personas han dedicado su vida y carrera a contar la historia del navegante, pero también a descifrar dónde está enterrado exactamente. La historia explica que cuando falleció en 1506, su cuerpo fue enterrado en Valladolid, pero al igual que en vida, su viaje no terminó allí.
Sus restos viajaron hasta la Catedral de Sevilla, de ahí a Santo Domingo y posteriormente, tras la pérdida de las colonias españolas, regresó a Sevilla. Este recorrido de lado a lado del mundo provocó que muchas personas no creyeran que realmente Cristóbal Colón se encontrase en el sepulcro monumental de la catedral española.
No obstante, desde la Catedral de Santo Domingo aseguran que en 1877 se encontró una caja que contenía los restos de Colón y que los que se encuentran en Sevilla son probablemente los de su nieto. En la actualidad, un estudio genético de los restos óseos de Sevilla ha confirmado que esos huesos pertenecen al verdadero Cristóbal Colón, pero faltan algunos restos, por lo que no se cierra por completo la polémica.
Visitar la Catedral de Sevilla es como pasear por una obra de arte. Al caminar por sus rincones llegarás hasta la tumba del Almirante, un monumento que llama la atención de cualquiera que lo vea. Se trata de un féretro portado por cuatro gigantes que representan cuatro reyes y en cuyos pechos se puede leer Aragón, León, Navarra y Castilla, es decir, los antiguos reinos de España.
Fue creada por el arquitecto Arturo Mélida y Alinari, quien colocó este monumento junto a la capilla de Nuestra Señora de la Antigua. Los tonos dorados que predominan en esta escultura destacan dentro del espectacular templo sevillano, que cuenta con otros muchos monumentos famosos como la Giralda, el Retablo Mayor o el Patio de los Naranjos. Toda una maravilla arquitectónica tanto por dentro como por fuera que bien merece una visita.
Muchas personas creen erróneamente que la tumba de Cristóbal Colón en República Dominicana se encuentra en la Catedral de Santo Domingo, pero lo cierto es que estuvo allí un tiempo y después cambió de lugar. En el año 1992 se inauguró el Faro a Colón, un gran edificio que homenajea al Almirante y donde se encuentra actualmente su tumba, en la que ellos aseguran que se encuentran sus restos. Este gran edificio en forma de cruz latina mide aproximadamente 240 metros de largo y 60 de ancho y merece la pena visitarlo.
El mausoleo fue trasladado pieza por pieza desde la Catedral hasta el Faro a Colón, donde puede visitarse hoy en día. Dentro de este edificio también se puede visitar el museo, la biblioteca, la mapoteca y otros muchos espacios dedicados a Colón y al descubrimiento de América. Por la noche, el faro ilumina el cielo creando una imagen única y espectacular.
Ambos espacios, tanto el español como el dominicano, son dos edificios impresionantes que todo el mundo debería visitar para conocer un poco más sobre la historia, vida y muerte de Cristóbal Colón y apreciar la belleza de dos monumentos con infinitos rincones por descubrir.