La escalada del "caso Koldo" al "caso Ábalos" ha supuesto un fuerte impacto en el PSOE y en el Gobierno. La implicación del que fuera mano derecha de Pedro Sánchez en el partido y en el Gobierno, como ministro de Transportes, supone un salto cualitativo en la gravedad del primer caso de corrupción que afecta al Gabinete progresista. Sánchez llegó al poder a través de una moción de censura a la "corrupción" de la "trama Gürtel", como él mismo la definió, y se juega su crédito político en la reacción ante esta cuestión, pues afecta al pilar fundacional de su gobierno.
Ante la preocupación existen en Moncloa y en el partido, Pedro Sánchez ha tratado hoy de hacer control de daños para contener un desasosiego creciente y trasladar un mensaje de tranquilidad que pueda ser replicado, a modo de argumentario, también en todos los niveles del PSOE. "Era necesario que diera la cara", señala un dirigente, en contraposición a la estrategia comunicativa que se ha seguido con el "caso Begoña Gómez" en el que no se han ofrecido explicaciones.
La primera reacción de Sánchez, no obstante, ha llegado desde el Vaticano y tras ser recibido en audiencia por el Papa Francisco. El presidente del Gobierno ha tratado de lanzar un mensaje contundente y de determinación, asegurando que no habrá "impunidad" y dejando claro que en su Gabinete "quien la haga, la paga". De este modo, el presidente ha reivindicado que se ha actuado con premura, cuando ha habido un mínimo indicio de corrupción. "Hemos actuado desde el primer momento", ha relatado, recordando que el partido le pidió el acta de diputado a José Luis Ábalos y, posteriormente, se le abrió un expediente de expulsión. Unas actuaciones que, se ha quejado el presidente, en su día fueron objeto de crítica por algunos sectores y medios de comunicación ante lo que parecía estar contraviniendo el respeto a la presunción de inocencia.
"El Gobierno ha actuado con absoluta contundencia ante cualquier atisbo de corrupción", ha insistido Sánchez, que también ha prometido "absoluta colaboración" con la Justicia. Sánchez ha vuelto a incidir en la rápida actuación, "de manera determinada" y siendo "transparentes". "Somos un gobierno limpio, que no tiene nada que ver con las prácticas de falta de ejemplaridad de otras épocas", ha defendido.