Ikea gastó más de 2 mil millones de euros el año pasado en reducir los precios de algunos de sus muebles más populares, lo que provocó la primera caída de los ingresos anuales del minorista de muebles empacados para ensamblar desde 2020, incluso a pesar de vender más productos.Los ingresos de Ikea cayeron 5.3 por ciento para llegar a 45 mil millones de euros hasta finales de agosto, pero los ejecutivos dijeron que el minorista de muebles más grande del mundo vendió un mayor volumen de artículos, ya que redujo los precios en un promedio de alrededor de 10 por ciento.“Este año apostamos por la asequibilidad”, dijo Jesper Brodin, director ejecutivo del principal minorista de Ikea, Ingka, a Financial Times. “Nosotros no celebramos cuando los precios suben, sino cuando somos capaces de reducir los precios para ser más accesibles para la gente”.Ikea aumentó los precios durante la pandemia, cuando los costos de transporte y materias primas se elevaron, pero la medida incomodó a los ejecutivos de la cadena de muebles, con sede en Países Bajos, que intenta reducir el precio de sus productos con el tiempo al hacer que su diseño y transporte sean más eficientes.La pandemia también provocó un aumento en el gasto en muebles, ya que la gente pasó más tiempo en casa, pero esa tendencia se revirtió el año pasado, lo que perjudicó al mercado en general. Ikea mantuvo su participación de mercado a pesar de la caída de las ventas.Jon Abrahamsson Ring, director ejecutivo de Inter Ikea, propietario de la marca y el concepto, dijo que la empresa tomó la decisión deliberada de volver a llevar los precios aproximadamente a sus niveles previos a la pandemia.“Durante un par de años fuimos en una dirección que no queríamos ir. Bajar los precios está en nuestro ADN. El año pasado los bajamos en promedio 10 (por ciento), que es algo que nunca habíamos hecho antes”, agregó.Ikea presenta su información financiera anual en dos etapas: ventas en octubre y rentabilidad y su balance el mes próximo. Ring admitió que un golpe así en los ingresos —su primera caída anual desde 2020— lo volverá un “reto” para la rentabilidad.Pero destacó que al no estar en el mercado de valores, Ikea pudo tomar decisiones incluso si condujeron a caídas de ventas a corto plazo. “No somos una empresa pública y no tenemos ese tipo de presión. Podemos ser previsores a largo plazo y hacer las cosas que creemos que son mejores para Ikea y fortalecer nuestra posición y tener efectos muy positivos en el largo plazo”, agregó.Brodin dijo que Ingka, que representa alrededor de 90 por ciento de las ventas de Ikea, gastó 2 mil 100 millones de euros en bajar los precios, ya que la inflación y las altas tasas de interés “ejercieron una enorme presión sobre los bolsillos de la gente”. Los volúmenes aumentaron entre 6 y 7 por ciento, añadió.Según el director ejecutivo, Ingka eligió alrededor de una cuarta parte de sus productos en mercados como Reino Unido y Alemania y redujo sus precios entre 20 y 25 por ciento gracias a la caída de los costos de transporte y de las materias primas.Sobre el año fiscal actual de Ikea, Brodin dijo: “El escenario principal que tenemos es el de normalización, inflación, tasas de interés y la confianza del consumidor. El año pasado fue un camino hacia la normalización”. Ikea recientemente puso en marcha una plataforma de internet que permite a los consumidores vender sus muebles usados directamente a otros. Se están llevando a cabo pruebas piloto en Oslo y Madrid hasta Navidad, y Brodin dijo que la empresa entonces va a estudiar la posibilidad de lanzar Ikea Preowned en todo el mundo luego de sorprenderse por el interés en la plataforma.