Una de las principales preocupaciones de la medicina moderna es el creciente temor por la resistencia a los antibióticos. El momento en que las drogas ya no funcionen para tratar infecciones llegará cuando las bacterias, virus y hongos evolucionen de manera que se vuelvan inmunes al tratamiento.
Esta cuestión de salud pública es altamente importante para todos los gobiernos a nivel global ya que los casos de muertes por este motivo crecieron particularmente en el continente africano en los últimos años. Los mismos alcanzaron los 1.05 millones de fallecimientos en 2019.
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Gracias a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido un plan alternativo para salvar a los humanos de un creciente índice de fallecimientos por estas causas.
Se trata de la eliminación de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD). Este grupo de 21 condiciones son capaces de causar problemas de salud a largo plazo y 6 de las mismas suelen tratarse son antibióticos. Estas son:
El plan de los científicos de la OMS implica la implementación de enfoques integrados que incluyan medicina preventiva, agua y saneamiento, y el control de los agentes que transmiten estas infecciones.
La falta de acceso a agua segura y limpia es un factor clave en la propagación de estas enfermedades, ya que muchos patógenos se encuentran en las heces presentes en fuentes de agua contaminadas.
La OMS espera que 100 países alrededor del mundo eliminen por lo menos una de estas enfermedades de cara al 2030. Durante la última década, 51 naciones lo han logrado utilizando una variedad de herramientas.
Esta problemática de la medicina moderna afecta a todas las personas ya que las bacterias más resistentes a los medicamentos son capaces de infectar a cualquiera.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista Nature por la especialista en neurociencia y farmacología, Miryam Naddaf, se estima que casi 40 millones de personas fallecerán entre 2024 y 2050 debido a infecciones resistentes a las drogas. Esto representaría un crecimiento del 70% de los casos actuales.
Además, según el Instituto para Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), la implementación de políticas de salud pública que busquen controlar la proliferación de estas infecciones podría salvar 92 millones de vidas entre 2025 y 2050. Esto implicaría un mejor acceso a la salud y a los antibióticos en casos necesarios.