Carlos Alcaraz ha ganado los últimos diez partidos disputados. Señal inequívoca de su estado de forma actual. Ha recuperado esa chispa que le permite dominar con autoridad a cualquier tipo de rival. Pese al cansancio acumulado en el ATP 500 de Pekín, de la dura final contra el italiano
Jannik Sinner, tres días después conservó la magia de su tenis.
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