La escalada del conflicto bélico en Oriente Medio ha catapultado esta semana el precio del petróleo y lastrado mercados y bolsas europeas, lo que ha disparado todas las alarmas entre los países importadores. El barril Texas cerró su mejor semana desde marzo de 2023, con una subida del 0,91 %, hasta 74,38 dólares el barril, acumulando así un incremento semanal del 9,09%, mientras que el Brent lo hizo un 0,55%, hasta situarse en los 78,05 dólares al cierre semanal, respondiendo al alza por cuarto día consecutivo y logrando su mayor avance desde octubre de 2022, al dispararse más de un 5% en la sesión anterior tras las declaraciones improvisadas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre sus dudas de si apoyaría o no un posible ataque de Israel a las instalaciones petroleras de Irán.
La posibilidad de un ataque de Israel a la infraestructura energética y petrolera iraní ha llevado los precios del crudo a su mayor subida semanal en dos años, lo que ha reavivado el temor a un repunte de la inflación que, a su vez, podría limitar los recortes de los tipos de interés. Los analistas recuerdan que el petróleo sigue lejos de sus máximos anuales y simplemente ha compensado las bajadas de septiembre, pero advierten de que la situación podría agravarse si Israel ataca instalaciones petroleras de Irán o si Teherán opta por bloquear el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del suministro mundial de crudo.
Los precios del petróleo se han convertido esta semana en lo que los expertos denominan el "canario en la mina" del conflicto en Oriente Próximo, ya que han reaccionado al alza ante cualquier señal que apuntara a un agravamiento de la situación. El despegue del crudo, que ha llegado a tocar los 79 dólares por barril -su nivel más alto desde finales de agosto- se inició el martes, después de que EE UU alertara de un inminente ataque de Irán contra Israel.
Los precios se moderaron el miércoles, tras mantener la OPEP+ su plan para reactivar la producción a partir de diciembre, y volvieron a repuntar el jueves ante el riesgo de que Israel ataque instalaciones petroleras iraníes. El detonante fue un comentario del presidente de EE UU, Joe Biden, quien dijo, antes de subir al helicóptero presidencial, que esa posibilidad está sobre la mesa.
Los analistas coinciden en que los factores que determinarán los precios del crudo a partir de ahora son la situación en Oriente Próximo; la evolución de la demanda, ahora estancada, y la postura que la OPEP+ adopte sobre los niveles de producción. Ignacio Cantos, director de Inversiones de ATL Capital, recalca que, de momento, las subidas de esta semana se limitan a compensar las caídas registradas en septiembre. "Vemos una vuelta (de los precios del crudo) a la zona media de los últimos años", explica, aunque "por ahora, los precios del petróleo se mantienen muy por debajo de su máximo reciente", recuerdan Claudio Irigoyen y Antonio Gabriel, de Bank of América, en un informe reciente, recogido por Efe.
El precio del Brent, el crudo de referencia en Europa, superó los 92 dólares por barril en abril. Sin embargo, Irigoyen y Gabriel precisan que "una mayor escalada podría impulsar la inflación general y las expectativas de inflación". Según Thomas Hempell, de Generali Investments, "la principal señal a vigilar a corto plazo es el riesgo de interrupción del suministro de petróleo. Los ataques de represalia de Israel pueden afectar a los centros de producción de petróleo iraníes; los hutíes de Yemen podrían intensificar los ataques en el Mar Rojo, lo que perturbaría aún más el comercio mundial, y, en caso extremo, Irán podría intentar cerrar de facto el estrecho de Ormuz", explica.
En una situación como esa, añade, "la subida de los precios de la energía podría suscitar nuevas preocupaciones inflacionistas y frenar la normalización de la política monetaria". No obstante, Hempell precisa que "la atonía de la economía china y la nueva ralentización de la producción industrial mundial han lastrado los precios de la energía durante el verano". A este factor se sumaría, "el reciente giro estratégico" de Arabia Saudí, que parece haber abandonado su objetivo de elevar el precio del crudo hasta los cien dólares y apuesta ahora por aumentar la producción.
Según Manuel Pinto, analista de mercados, resulta "difícil" predecir la evolución de los precios del crudo "en un escenario en el que, ahora mismo, todo depende de la respuesta de Israel" al ataque iraní. Sin embargo, considera que, a largo plazo, "la espiral bajista del petróleo podría continuar hasta los 60 dólares por barril" por el estancamiento del consumo y el aumento previsto de la producción.
El conflicto en Oriente Próximo ha lastrado también a las bolsas europeas, pese al repunte de este viernes, y ha impulsado los precios del crudo en una semana en la que también han pesado los datos de empleo en EE UU y la citada decisión de la OPEP+ de reactivar la producción a partir de diciembre. El ataque con misiles de Irán contra Israel del pasado martes elevó también los precios del oro y de los bonos de los países más solventes, pero su efecto se ha diluido. El dólar sale fortalecido de la crisis.
Las principales bolsas europeas se vieron animadas el viernes por los datos de empleo en EE UU, mejores de lo esperado, y lograron cerrar la sesión en verde. Sin embargo, las caídas han sido generalizadas en el cómputo semanal. El Ibex 35, el principal índice de la Bolsa española, ha subido un 0,35% en la sesión y cerró en 11.659,2 puntos, pero en el conjunto de la semana, el selectivo pierde un 2,58%, el peor dato en dos meses.
En el resto de Europa, las subidas se han impuesto en la sesión del viernes. Milán ganó un 1,28%; París, un 0,85%; y Fráncfort, un 0,55%. Londres ha bajado un mínimo 0,02%, pero Milán retrocede un 3,26%; París, un 3,21%; Fráncfort, un 1,81%; y Londres, un 0,48%.