En Estados Unidos, la actividad sísmica es considerable debido a la interacción de las placas tectónicas, siendo la Falla de San Andrés un ejemplo destacado de esta dinámica. Por ello, el país cuenta con una institución dedicada a monitorear en tiempo real y proporcionar información clave: el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS).
Los terremotos ocurren cuando se libera de manera repentina la energía acumulada en el interior de la Tierra. Esta energía se origina principalmente por el movimiento continuo de las placas tectónicas, grandes fragmentos de la corteza terrestre que se mueven sobre el manto. Al chocar, rozarse o separarse, las placas generan fricciones y tensiones que almacenan energía. Cuando las rocas superan su límite de resistencia, se fracturan bruscamente, liberando la energía en forma de ondas sísmicas que se expanden en todas direcciones, provocando el temblor que conocemos como terremoto.
El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) es una agencia científica del gobierno federal enfocada en el estudio de la Tierra y sus recursos naturales. Su labor principal consiste en recolectar, analizar y distribuir información científica sobre temas como terremotos, volcanes, recursos hídricos, minerales, energía y cambios climáticos.
El USGS desempeña un rol fundamental en la gestión de riesgos naturales, la protección ambiental y el uso sostenible de los recursos naturales en Estados Unidos. Gracias a sus investigaciones y monitoreo continuo, la agencia ofrece información esencial para decisiones informadas en áreas como la planificación urbana, la gestión de emergencias y la protección de infraestructuras.
Estados Unidos experimenta una significativa actividad sísmica, especialmente en regiones donde la interacción de placas tectónicas es más fuerte. Las áreas más afectadas por terremotos se encuentran mayormente en la Costa Oeste, aunque otras zonas del país también registran actividad sísmica.