En medio del estado de emergencia decretado por el Gobierno para combatir la delincuencia en la capital, un extorsionador desató el caos la noche del lunes al abrir fuego contra un colectivo que se encontraba estacionado en un paradero informal, hiriendo al conductor y a dos pasajeros, entre ellos una menor de edad. El incidente ocurrió aproximadamente a las 10 de la noche en una concurrida vía pública del distrito de Independencia.
Según testimonios, un delincuente a bordo de una moto lineal se acercó al vehículo y, sin mediar palabra, disparó en reiteradas ocasiones. Fuentes policiales alegan que el ataque respondería a un intento de extorsión y al cobro de cupos que mantiene en jaque a los transportistas de la zona.
El colectivo, que tenía como destino la ciudad de Huarmey, se encontraba a la espera de más pasajeros cuando se produjo el ataque. El chofer, que fue objetivo de los disparos, así como los dos pasajeros heridos, fueron trasladados de inmediato al Hospital Municipal de Los Olivos, donde se encuentran recibiendo atención médica. Por el momento su estado de salud sigue siendo reservado.
Una testigo del hecho aseguró que la actividad de los colectivos se mantiene activa hasta altas horas de la noche, a pesar del estado de emergencia y el riesgo latente de nuevos ataques.
Ante el aumento de la violencia, efectivos de la Policía Nacional se trasladaron al lugar y, con la ayuda de las cámaras de seguridad instaladas en la zona, esperan identificar al atacante y así frenar la ola delictiva que azota el distrito. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto, y los vecinos claman por mayor seguridad y una respuesta efectiva de las autoridades para garantizar la tranquilidad de sus calles.
En las primeras horas del viernes, un incendio de gran magnitud arrasó con una cochera dentro del colegio Medalla Milagrosa, ubicada en el distrito de Independencia, donde se encontraban almacenados vehículos de transporte público pertenecientes a las empresas Corazón de Jesús y Aidé Consorcio SAC.
El siniestro dejó como saldo la destrucción total de 25 unidades, afectando gravemente a los choferes y cobradores que dependían de estos vehículos como su principal herramienta de trabajo. Se presume que extorsionadores estarían detrás de esto.