El Departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, que dirige la socialista María Jesús San José, ha concedido el tercer grado a dos etarras que permanecían en prisión cumpliendo sus condenas.
Se trata de Luis Mariñelarena Garciandía, condenado por participar en el atentado con coche bomba que asesinó a Fernando Buesa y a Jorge Díez Elorza.
Y de Harriet Iragui Gurruchaga, condenado por tres asesinatos en el año 2000 en Andalucía, el de José María Martín Carpena, el de Luis Portero García y el de Antonio Muñoz Cariñanos.
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha censurado la decisión de otorgarles beneficios penitenciarios cuando ninguno de los dos cumple con el requisito fundamental exigido por la ley para progresar en grado, que es el del arrepentimiento por sus crímenes.
Ambos presos de ETA «son exhibidos constantemente por la izquierda abertzale, principalmente SARE pero también por el propio SORTU, en sus manifestaciones en las que se exige su
excarcelación, lo cual prueba que no están arrepentidos», ha afirmado Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite.
«Es público y notorio que la izquierda abertzale prohíbe a los presos de ETA el arrepentimiento y la colaboración con la justicia, y sin cumplir con estos dos requisitos no se debería poder progresar al tercer grado, puesto que así está establecido en la ley».
Sin ir más lejos, recuerda, este pasado verano ambos etarras han sido exhibidos y jaleados durante varias fiestas populares, un verano en el que Covite ha documentado 71 actos de apoyo a ETA en el espacio público.