El hijo de la Princesa Mette-Marit de Noruega no deja de protagonizar titulares desde que se convirtiese en la 'oveja negra' de la Casa Real noruega que, a pesar de no estar en la línea de sucesión al trono, pone continuamente en jaque a la Corona por las nuevas informaciones que surgen en torno al caso por el que es investigado. Un proceso sobre el que se reveló recientemente que las autoridades policiales del país le habrían favorecido en el trato al acudir a su residencia para advertirle extraoficialmente de que iba a verse involucrado en otra investigación por tráfico de drogas que situaba a su grupo de amigos, cuyas actitudes tendían a las actividades delictivas, en el punto de mira. Marius Borg ya se encontraba en el mismo punto desde que llevase a cabo un acto de violencia de género hacia su pareja el pasado mes de agosto en un apartamento de Oslo, sobre el que reconoció en un comunicado estar bajo los efectos del alcohol y las drogas . En libertad y bajo fianza, el joven enfrentó además las acusaciones de otras exparejas que reconocían haber sufrido violencia de género por parte del hijo de Mette-Marit durante el tiempo que transcurrieron sus relaciones, lo que sumaba a su caso las denuncias de más víctimas. Fue en septiembre cuando la expareja de Borg a la que agredió en Oslo en un altercado que terminó incluso con un cuchillo clavado en la pared interpuso una orden de alejamiento contra el joven para garantizar su seguridad. Pero este sábado, saltaba a los medios la noticia de que Marius había sido detenido tras incumplir la medida impuesta a través de un móvil. Lo sorprendente es que en el registro de la misma detención, lo que encontraron los agentes vuelve a poner en jaque al miembro de la realeza y hace pensar que la promesa de cambiar su comportamiento no tiene intención de cumplirla. Según las informaciones, Marius Borg habría contactado a principios de septiembre con la víctima a través de un número oculto, violando así la orden de alejamiento que había interpuesto. En su detención, el joven se declaró inocente y fue puesto en libertad tras comprender los agentes que después de la charla que mantuvieron con Borg no iba a repetir en otras ocasiones su comportamiento. Este incumplimiento de la medida sumaba un nuevo cargo a la acusación de su caso, conformado por las denuncias de violencia de cuatro víctimas. La víctima no denunció el quebrantamiento en el mismo momento en que se produjo ni solicitó su detención y, cuando finalmente lo puso en su conocimiento, y la policía, con una orden de registro emitida por el Tribunal del distrito de Oslo en el que se encontraba el joven, entró en la vivienda y procedió a su arresto. Borg no ofreció resistencia y se produjo sin incidentes. En ese momento el joven se había desplazado a una cabaña de cazadores en el condado de Innlandet con la intención de salir de caza con amigos, pero en el registro la policía encontró algo que les delataba. Tal y como ha compartido la cadena 'TV 2', en la escena del registro del lugar, los agentes encontraron por casualidad sustancias ilegales y lo que parece ser un arma no registrada. Según el letrado del joven, desconocía que pudiese tener drogas y un arma consigo en ese momento, pues Borg le aseguró que no tenía nada de eso entre sus pertenencias. A pesar de ello, el fiscal no ha querido hacer declaraciones al respecto que confirmen o desmientan la información del hallazgo. Cabe esperar un nuevo comunicado de Marius Borg tal y como redactó uno en su anterior detención, puesto que esta vez el joven ha incumplido su palabra de retomar el tratamiento para solventar su problema de consumo de drogas y alcohol. No es la primera vez que Borg se ve involucrado en ilegalidades como esta. En una ocasión terminó en prisión por un delito de tráfico de drogas y en otra se fotografió con una botella de champán en una mano y una pistola en la otra mientras un montón de billetes le sobresalía de la cintura durante una fiesta privada a la que asistió el año pasado. Por el momento, la Casa Real noruega no ha declarado oficialmente nada al respecto de lo sucedido y sigue con su máxima histórica de discreción, aunque este revés de la Corona sí podría forzar la emisión de un comunicado.
