La historia de Herrera de los Navarros se remonta mucho antes de que los romanos llegasen a la Península Ibérica, y es que por este pueblo de Aragón situado a una hora de Zaragoza han pasado multitud de civilizaciones que no han hecho más que enriquecer esta localidad, una de las joyas del turismo rural en España. Por ello, recorrer sus calles y contemplar sus maravillas es una opción perfecta para una excursión.
Aunque apenas medio centenar de personas viven en esta maravillosa localidad, en Herrera de los Navarros pueden decir que tienen una impresionante iglesia declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Pero el extraordinario templo no es lo único que se debe visitar en el pueblo aragonés, ya que sus calles están repletas de preciosos edificios y además se encuentra rodeado por un entorno natural único.
Con la llegada de los musulmanes a la Península Ibérica, Herrera de los Navarros comenzó a expandirse, aunque fue a partir de la Reconquista cuando vivió su máximo esplendor. Jaime I de Aragón fue quien ordenó construir el pueblo para descansar mientras estaba de caza, y poco a poco fue creciendo hasta ser lo que es hoy en día. Fue en esta época cuando se erigió la joya de la corona del pueblo: la Iglesia de San Juan Bautista.
Junto a la Plaza del Castillo se erige esta monumental iglesia mudéjar del siglo XIV que tardó en construirse casi 300 años. Tres de sus cuatro fachadas se pueden contemplar, ya que no están adheridas a ningún otro edificio, por lo que quienes visiten Herrera de los Navarros podrán contemplar los inmensos detalles del templo, incluidos los elementos barrocos que se añadieron años más tarde. Sus tres torres, el campanario y su increíble interior la hicieron merecedora de ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
A las afueras del pueblo se erige otro de los emblemas de Herrera de los Caballeros, el Santuario de la Virgen de Herrera, una preciosa ermita barroca construida sobre el lugar donde se apareció la figura religiosa a un carbonero hace siglos. Además, desde ahí se tienen unas vistas privilegiadas de la comarca y del río Huerva, aunque igual de increíbles las hay desde las ruinas del magnífico poblado celtíbero que hay en el Cerro de los Castellares.
Una vez visitados los dos principales monumentos de la localidad, es hora de volver al casco histórico para conocer de primera mano enclaves tan bonitos como los tres peirones dedicados a figuras religiosas, así como para degustar la gastronomía local. Todo ello, sumado a lo precioso que está en invierno si ha nevado, hace de Herrera de los Navarros un destino de turismo rural idóneo para disfrutar durante todo el año.
