Borussia Dortmund recibía en casa a Heidenheim con la obligación de ganar y, de tanto pedirlo, apareció el buen fútbol en ofensiva.
Después del flojo partido en Bremen, los Negriamiarllos llegaban con una gran presión porque incluso venciendo en el debut la imagen del equipo ha sido por momentos decadentes en el juego colectivo. Y ante esto, recibían al sorprendente puntero de esta Bundesliga, Heidenheim.
Ahora bien, desde el vamos, los cambios podemos decir que surtieron efecto. Guirassy hizo su gran debut y fue un factor clave para que Brandt, Malen y Adeyemi jueguen con más libertad. Así fue como, fue el neerlandés quien abrió el marcador para que, minutos después, Karim firme el 2:0 en menos de 20 minutos.
Luego de ello, BVB se preocupó más por controlar el partido y desde allí el partido se hizo mucho más posiciones. Es decir, en vez de seguir yendo para adelante, bajaron el ritmo y así fue como tocando los 39 minutos, un gran centro desde la derecha por parte de Traoré dejó a Pieringer que con su cabeza marcó el descuento. Descuento que hizo despertar a un Dortmund que 2 minutos después armó un jugadón con Ryerson con un jugadón, una gran pasada de Guirassy y el doblete de Adeyemi para el 3:1 parcial.
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Después de una frenética primera parte, la acción no frenó en el segundo tiempo. Los Aurinegros siguieron buscando la ventaja y allí es donde surgió la primera polémica. Sabitzer con un buen disparo había llegado al 4:1, pero en la previa del gol el VAR revisó una mano muy cuestionable de Gross.
Y para ponerle más picante al asunto, Niklas Süle tuvo una terrible equivocación a falta de 15′ del final, cometiendo un tonto penal que Breunig firme el 3:2 y poner contra las cuerdas al equipo de Sahin. Sin embargo, el conjunto rojiazul nunca fue tan claro y, como si ello fuera poco, a falta de dos minutos, una mano de Traoré fue sancionada con la pena máxima para que Emre Can ponga el 4:2 final.
