La inmigración tiene un impacto diverso y complejo. Muchas personas migran en busca de mejores oportunidades, seguridad, educación o para reunirse con sus familias. A lo largo de la historia, este fenómeno ha influido en la configuración demográfica, cultural y económica de las sociedades. No obstante, para algunos este proceso puede ser complicado por la adaptación.
Debido a ello, el gobierno sueco ha anunciado un plan para pagar a los inmigrantes que "no hayan conseguido integrarse" en la sociedad, ofreciendo 35.000 euros por persona para que regresen a sus países de origen. Este programa, conocido como el "cheque de remigración", se presenta como una solución que podría beneficiar a ambas partes.
Los inmigrantes que no se sienten cómodos en Suecia tendrían la opción de regresar a su país de manera voluntaria, mientras que el Estado reduciría los costos asociados al sistema de bienestar social a largo plazo. Sin embargo, esta medida también implica una disminución en los ingresos del país, al perder contribuciones como las cotizaciones de trabajadores y los impuestos al consumo, lo que plantea interrogantes sobre su impacto económico a largo plazo.
A partir de 2026, la medida podría extenderse a los titulares de pasaportes "nacidos en el extranjero", es decir, inmigrantes ya establecidos en Suecia, con el objetivo de incentivar su retorno y reducir la migración. Desde la perspectiva del gobierno, este programa ofrece un incentivo económico considerable, especialmente para familias numerosas que deseen regresar juntas a sus países de origen.
Johan Forssell, Ministro de Migración de Suecia, brindó más contexto al explicar que la remigración es una prioridad para el gobierno. Sin embargo, señaló que actualmente es imposible precisar cuántas personas se espera que abandonen el país. “No es posible dar una cifra específica en este momento. Lo importante ahora es no regresar a las políticas anteriores que llevaron a Suecia a una situación muy difícil", afirmó Forssell.
Además, Forssell destacó que el objetivo principal es ofrecer la cantidad a aquellos inmigrantes que no han logrado adaptarse a la vida en Suecia. Subrayó las ventajas de proporcionar incentivos financieros para la repatriación, explicando que "las personas que han llegado a Suecia pueden sentir que la vida no ha resultado como esperaban, que desean regresar a su país de origen, pero carecen de los recursos económicos o de otros medios para hacerlo. No nos parece extraño facilitar ese proceso", añadió.
En realidad, lo que el gobierno ha anunciado es un aumento en la cantidad pagada a quienes decidan acogerse a la repatriación voluntaria, ya que la ley, conocida como el "Programa de Repatriación", existe desde 1984. Este programa tenía como propósito incentivar a los inmigrantes, especialmente a los refugiados que llegaron en las décadas de 1970 y 1980, a regresar a sus países de origen.
El objetivo, como en la actualidad, era facilitar el retorno de aquellos que encontraban dificultades para integrarse o que querían volver por motivos personales o económicos. Con el tiempo, el programa ha sido criticado por considerarse controvertido y discriminatorio. Hasta ahora, el pago ofrecido era de 4.000 euros, pero con el reciente aumento se ha incrementado en 30.000 euros adicionales, alcanzando los 35.000 euros por persona.
