Un hallazgo arqueológico en China ha revelado un taller subterráneo de jade y oro de más de 3.000 años en las ruinas de Sanxingdui, en la provincia de Sichuan. Este descubrimiento aporta nueva luz sobre la civilización antigua del Reino Shu, destacando las habilidades avanzadas en el procesamiento de piedras preciosas y metales preciosos. El taller ha generado un gran impacto en la comunidad científica y arqueológica, al ser el primero en su tipo en este importante yacimiento.
El hallazgo fue realizado después de más de dos años de excavaciones y ha producido miles de reliquias culturales. Este descubrimiento no solo ofrece un registro valioso sobre la cultura material de la región, sino que también permite comprender mejor las técnicas de producción y la organización social de la antigua civilización que habitó esta zona hace más de 3.000 años.
El taller de jade y oro descubierto es el más antiguo que se ha encontrado hasta la fecha en esta región. Este espacio subterráneo, que se encuentra a un kilómetro de los pozos de sacrificio recién desenterrados, contiene una gran cantidad de materiales en bruto, como jade y otras piedras preciosas, junto con una cadena de artefactos y herramientas en perfecto estado de conservación.
Según Ran Honglin, arqueólogo líder del proyecto, este taller arroja nueva luz sobre el origen de las materias primas de jade encontradas en Sanxingdui, así como sobre las técnicas de producción utilizadas por los artesanos antiguos. Las ruinas que abarcan 12 kilómetros cuadrados, son parte de lo que se cree fueron los restos del Reino Shu, una civilización que floreció en esta región entre 4.500 y 3.000 años atrás.
El yacimiento de Sanxingdui ha sido un tesoro inagotable de descubrimientos arqueológicos desde su descubrimiento en la década de 1920. Hasta la fecha, se han desenterrado más de 60.000 reliquias culturales, que incluyen herramientas, cerámicas y joyas. Entre los hallazgos más significativos, se encuentran más de 4.000 objetos de jade, loza y cerámica. Estos objetos permiten a los arqueólogos reconstruir la vida cotidiana de los antiguos habitantes del Reino Shu, quienes poseían un profundo conocimiento del trabajo con materiales preciosos.
Este yacimiento ha atraído a más de cinco millones de turistas de todo el mundo en el último año, interesados en conocer de cerca la historia de una de las civilizaciones más enigmáticas de Asia. La relevancia como centro de producción y comercio en la antigüedad sigue fascinando a los arqueólogos, quienes continúan desenterrando nuevas evidencias sobre su organización social y cultural.
El taller de jade descubierto es fundamental para comprender el funcionamiento económico y social de la civilización Shu. La producción de jade no solo tenía un valor económico, sino que también tenía un gran simbolismo cultural y espiritual. El jade era utilizado en rituales y ceremonias, y su elaboración era reservada para los artesanos más hábiles de la época. Este taller revela cómo los antiguos residentes transformaban materias primas en objetos de lujo, que luego se distribuían entre la élite de la sociedad.
Además, este descubrimiento permite a los arqueólogos estudiar las técnicas de elaboración y distribución de las reliquias de jade, así como su conexión con otros talleres de producción de la región. Sun Hua, profesor de la Escuela de Arqueología y Museología de la Universidad de Pekín, resaltó que este tipo de hallazgos subraya la sofisticación y el legado perdurable de la civilización china antigua.