Cumplido ya el capítulo dedicado al futuro, el abono de Albacete inició su segunda parte con un cartel que hizo que se poblasen ampliamente gradas y tendidos para admirar el arte y la ciencia de tres toreros, muy distintos entre sí, otro aliciente, pero de reconocida y similar capacidad.
Empujó sólo con un pitón en el peto el primero, algo descompuesto en su embestir por el lado derecho y más claro por el otro, por donde encauzó su faena Talavante, que se rompió la cintura por momentos, sacando muletazos de gran profundidad y mando, aunque también hubo algún que otro enganchón y muletazos de más corto recorrido. Pero todo lo echó a perder con la espada. Se hizo aplaudir de salida, por su seriedad, el cuarto. Enseguida se echó la muleta a la zurda pero fue con la derecha cuando pareció fluir su toreo, limpio pero sin especial intensidad y difuminándose con rapidez sin que acertase a subrayar o matizar pasaje ni detalle alguno.
La gente quiso amortizar el precio de la entrada jaleando las verónicas con que Juan Ortega recibió al altón y distraído segundo, que empujó con genio en el caballo, llevándose un buen repaso antes de que Ortega se luciese al quitar por delantales. Aun tuvo fuelle en el inicio del último tercio, pero su matador quiso rebajar todavía más su empuje llevándole por bajo con doblones de castigo, con lo que logró que el animal se parase e hiciese imposible el lucimiento aunque el personal le ovacionó cuando las mulillas hicieron su trabajo.
Inédito con el capote con el quinto, que alió del caballo moribundo, tomando la muleta al tran tran y rebrincado, yéndose al suelo a la menor exigencia. Con semejante material y condicionantes, el sevillano buscó la estética y dejar algunos detalles aislados pero sin que su trasteo tuviese ni unidad ni continuidad. La concurrencia hizo sus cuentas y vio que con una oreja ya daba por bien empleados los euros de su localidad. Y aun sin que hubiese mucho énfasis en la petición hubo oreja y cuentas cuadradas.
El tercero desarmó a Rufo de salida y llevó al jaco contra las tablas hasta derribar. El toledano puso en pie al gentío con su inicio de faena, rodilla en tierra y llevando muy templado a un toro que quiso comerse la muleta. Ya en pie toreó al natural con hondura, dominio y fundamento, aunque su oponente le protestó y tendía salir con la cara alta. Tuvo la oreja en la mano pero la devolvió al tardar en matar. Se picó fatal al feo y desgarbado sexto. Luego el torero se llevó un palotazo de una banderilla y, mosqueado, ocupó buen parte de su turno en intentar arrancarla. Cuando lo logró su oponente estaba ya en las últimas.
FICHA DEL FESTEJO:
Miércoles 11 de septiembre de 2024. Plaza de toros de Albacete. Cuarta de feria. Tres cuartos de entrada.
Se lidiaron toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (2º), desiguales dentro de su seriedad y sin acabar de romper.
Alejandro Talavante, de berenjena y oro, dos pinchazos, media, entera y descabello, silencio; pinchazo y estocada baja, pitos.
Juan Ortega, de esmeralda y oro, dos pinchazos y estocada, ovación; media, oreja.
Tomás Rufo, de noche y oro, entera, descabello, estocada, aviso, descabello, ovación; entera, silencio.
Incidencias: Fernando Sánchez se desmonteró tras parear al tercero y fue muy ovacionado al hacerlo con el sexto.