Los Nueve de la Fama (en francés, Les Neuf Preux) representan una selección de personajes históricos y legendarios que encarnaron los ideales caballerescos de la Edad Media. Este concepto surgió a mediados del siglo XIV y se convirtió en un tema recurrente en la literatura y el arte medieval. Estos nueve héroes se agrupan en tres tríadas según sus contextos religiosos: paganos, judíos y cristianos, constituyendo una suerte de historia sagrada de la caballería.
El origen de los Nueve de la Fama se encuentra generalmente asociado con el poema "Les voeux du paon", escrito por Jacques de Longuyon entre 1312 y 1313. Este poema, encargado por Thibaut de Bar, obispo de Lieja, fue rápidamente traducido a múltiples lenguas europeas, incluyendo el castellano, lo que facilitó su difusión por todo el continente. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que la tradición podría haberse originado en el poema flamenco "Van neghen den ten", atribuido a Jacob van Maerlant y datado unos años antes de 1300.
El concepto se consolidó a mediados del siglo XIV y se extendió por Europa occidental y central, alcanzando notable popularidad en Francia, Alemania e Inglaterra. La representación de los Nueve de la Fama no suele encontrarse en contextos religiosos, sino más bien en ámbitos civiles relacionados con gobiernos urbanos, la nobleza y la monarquía.
Ya en 1351, por ejemplo, se documenta en Aragón un tapiz sobre la Istoria Novem Militum, y en una carta del año 1356 Pedro IV se refiere a un paño en el que aparecen las figuras de «Julio César, Héctor, Alejandro, Judas Macabeo, David, Josué, Carlomagno, Godofredo y el rey Arturo» y pide información sobre ellos al tesorero de la catedral de Gerona.
En "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", Miguel de Cervantes hace decir a Don Quijote: "Yo sé quien soy. Y sé que puedo ser no sólo los dos que he dicho, sino todos los doce pares de Francia y aún todos los nueve de la fama".
Héroes Paganos
Héroes Judíos
Héroes Cristianos
La iconografía de los Nueve de la Fama se encuentra en diversos soportes artísticos: manuscritos iluminados, esculturas, pinturas murales, tapices, grabados, vidrieras, y orfebrería. En ocasiones, se les representa individualmente, aunque dentro de una serie que aborda el tema completo. En otros casos, aparecen juntos, formando una especie de galería o divididos en sus respectivas tríadas.
Uno de los ejemplos más tempranos y destacados de la representación de los Nueve de la Fama se encuentra en las iluminaciones de manuscritos, especialmente en armoriales, donde la heráldica juega un papel crucial en la identificación de cada héroe. Estas imágenes servían no solo para decorar, sino también para educar a los caballeros sobre los ideales caballerescos y la historia militar.
Las esculturas y pinturas murales también fueron medios populares para representar a los Nueve de la Fama. En castillos y palacios, estas imágenes servían para inspirar a la nobleza y para legitimar el poder de los gobernantes al vincularse con estos héroes legendarios.
Un ejemplo notable es el "Castillo de Pierrefonds" en Francia, donde las esculturas de los Nueve de la Fama adornan los muros, recordando a los visitantes la grandeza y el coraje de estos personajes históricos y míticos.
Los tapices y vidrieras, con su rica iconografía y detallada artesanía, fueron otros medios importantes para representar a los Nueve de la Fama. En estos soportes, la narrativa visual se combinaba con el lujo material, haciendo de cada pieza una obra de arte y un símbolo de estatus.
Los Nueve de la Fama han sido inmortalizados en varios monumentos y representaciones a lo largo de Europa. Uno de los ejemplos más emblemáticos es el "Parlamento de París", donde una serie de esculturas del siglo XIV representa a estos héroes en un contexto legal y gubernamental, subrayando sus virtudes de justicia y liderazgo.
En Alemania, el "Castillo de Neuschwanstein" incluye una sala dedicada a los Nueve de la Fama, donde se les representa en una serie de frescos que celebran sus hazañas y sus contribuciones a la historia y la leyenda.
El concepto de los Nueve de la Fama tiene su contraparte en las Nueve Heroínas (en francés, Les Neuf Preuses). Estas heroínas, al igual que sus contrapartes masculinas, se dividen en tríadas según sus contextos culturales y religiosos.
Tríada Francesa
La tradición francesa, más antigua y difundida, identifica a las Nueve Heroínas con personajes de la tradición clásica:
Tríada Alemana
La tradición alemana, surgida en el siglo XV, retoma la idea de la división en tríadas e identifica a las heroínas con figuras de tres contextos distintos:
Variaciones y Adiciones
Algunas versiones de la tradición incluyen un décimo paladín o heroína. En el caso masculino, este papel suele ser asumido por Bertrand du Guesclin. En el grupo femenino, Juana de Arco a menudo ocupa esta posición, aunque su inclusión se da principalmente en el ámbito literario y tuvo poca repercusión en las representaciones artísticas.
La influencia de los Nueve de la Fama perdura en la actualidad, especialmente en la baraja de cartas francesa, donde David, Alejandro Magno, Julio César y Carlomagno son los cuatro reyes, y Héctor es el valet de diamantes. Esta continuidad cultural subraya la duradera fascinación y relevancia de estos héroes en la historia europea.
