Un nuevo esquema de fraude educativo ha sido descubierto al revelar cómo diversas empresas ofrecen diplomados falsos para facilitar el acceso a cargos públicos y privados. Este mecanismo, que funciona principalmente a través de redes sociales y páginas web, otorga títulos que, aunque aparentemente legales, son engañosos y se prestan para estafas. Cuarto Poder investigó esta práctica y expuso cómo es casi imposible de fiscalizar, incluso para el Ministerio de Educación.
La Escuela Global de Educación Continua (EGEC), la Escuela de Ciencias Políticas (ENACIP) y el Instituto Peruano de Especializaciones, Diplomados y Capacitaciones (IPEDICA) son algunas de las instituciones que fueron expuestas, ya que han sido señaladas por ofrecer estos diplomados virtuales, algunos de ellos con promociones que rondan los 99 soles.
En un trabajo de investigación realizado por el dominical, se pudo revelar la forma en la que operan estas mafias, las cuales vulneran el sistema de contratación del Estado. La falta de supervisión y la facilidad con la que se obtienen estos certificados hacen que sea sencillo acceder a oportunidades laborales sin tener las credenciales adecuadas.
“Normalmente, lo que hacen es enviar una carta institucional a la gerencia para verificar si han llevado estudios aquí, y nosotros nos encargamos de informar”, dijo uno de los representantes de IPEDICA mientras operaba infraganti para entregar un diplomado fraudulento, el mismo que entregó en cuestión de horas sin cumplir con la formación adecuada.
Estos diplomados instantáneos y simulados representan un peligro no solo para el sector educativo, sino también para la administración pública, donde los postulantes pueden ocupar cargos sin la formación adecuada. La promesa de un título válido, aunque sin valor académico real, es una trampa para muchos que buscan ascender en sus carreras sin cumplir con los requisitos necesarios.
El Ministerio de Educación ha señalado que carece de competencias para controlar este tipo de diplomados emitidos por empresas privadas. La fiscalización de estos títulos se torna complicada, ya que muchas de las plataformas que los ofrecen operan al margen de la supervisión estatal, lo que deja una brecha en el sistema educativo que es aprovechada por quienes buscan evadir los procesos formales.
“El Estado podría contratar a personas que no están adecuadamente calificadas para los puestos que se ofrecen y se vería totalmente afectado en masa”, aseguró el abogado penalista Andy Carrión, resaltando la gravedad de estas operaciones fraudulentas.
ENACIP, una institución previamente cuestionada, ha sido identificada nuevamente en esta investigación por ofrecer diplomas sin supervisión alguna. Los interesados solo deben rendir una prueba no monitoreada para obtener el título, lo que pone en entredicho la legitimidad de estos procesos de acreditación.
Este tipo de simulaciones académicas debilitan la calidad educativa y representan un desafío para el Estado y el sector privado, al permitir que personas no calificadas accedan a puestos de trabajo que requieren habilidades especializadas. El fenómeno de los diplomados ficticios se presenta como una amenaza para la eficiencia y el desarrollo de ambas esferas, destacando la urgencia de implementar medidas que frenen estas prácticas fraudulentas.
Finalmente, desde el Minedu confirmaron el inicio de una investigación pertinente para contrarrestar las operaciones fraudulentas de estas entidades educativas.
