El 8 de septiembre es un día importante para la iglesia , ya que se conmemora la Natividad de la Virgen. Este año, así lo quiso el calendario, se mezclaron los cultos del segundo domingo del mes con los fijos de esta jornada, por lo que Sevilla lo celebró por todo lo alto desde la primera hora de la mañana hasta la última del día. Todo ello se unió a los días de la coronación de la Piedad del Baratillo, que continuarán hasta el 22 de septiembre. La Virgen de los Dolores del Cerro inició un día largo e intenso con el tradicional rosario de la aurora, que comenzó a las siete de la mañana. Desde 1980, la hermandad celebra este culto, en el cual la dolorosa es llevada a los hogares del barrio. Es la mañana más hermosa de todas en esta zona de Sevilla. Los vecinos se despiertan al paso de la Virgen para rezarle desde sus balcones o terrazas. El coro interpreta plegarias, las mujeres portan las andas en todo momento, los recién nacidos son presentados ante Ella, familias enteras la acompañan, y los cerreños afincados en otros lugares de la ciudad regresan esta mañana para estar con una imagen que desprende fe por los cuatro costados. Poco después, desde San Julián, la Hiniesta Gloriosa salió en un rosario de la aurora extraordinario que cerraba la conmemoración del 50 aniversario de su coronación. Visitó a la Resurrección y el convento de Santa Isabel. Al término, se celebró, esta vez por la mañana, la función a la que acudió José Luis Sanz , alcalde de Sevilla, para la renovación del voto que cumple 375 años. Teodoro León , obispo auxiliar, cerró el Año Jubilar de la Hiniesta. Mientras tanto, en Bellavista, durante todo el día estuvo expuesta en besamanos la Virgen del Dulce Nombre, con un parón por la celebración de la función solemne de la hermandad. El jueves 12, día de su festividad, recorrerá las calles de su barrio como cierre de los cultos. Pero esto no termina aquí, porque también hubo una procesión de gloria en la calle con la Virgen de Guadalupe, una hermandad que celebró su trigésima salida. Desde 1994 sale cada 8 de septiembre, aunque podría ser la última vez que haya salidoen esta jornada. Esta corporación, nacida en los años sesenta, comenzó a salir de la nada y ahora cuenta con un conjunto de Guzmán Bejarano. Pedro Ávila y Eduardo Miranda, entre otros, son dos de los artífices de lo que hoy en día es esta corporación, que esta vez transitó por un itinerario diferente. Primero pasó por la Plaza Nueva, alcanzó la calle Arfe, el Postigo, la avenida de la Constitución y llegó a la Casa de Extremadura antes de regresar a San Buenaventura, como manda la tradición de la procesión. La Virgen de las Angustias de los Gitanos cerró la jornada con la función solemne por la Natividad de la Virgen, eucaristía oficiada por Juan Dobado y que dio paso a una procesión por el entorno de un santuario repleto de hermanos y devotos de dolorosa.
