Un estudio de la Coordinación Nacional de Articulación de las Comunidades Negras Rurales Quilombolas (Conaq) revela un alarmante aumento de los asesinatos de líderes quilombolas en Brasil, impulsados principalmente por conflictos de tierras. Entre 2019 y 2024, se registraron 46 ejecuciones, con un promedio de ocho muertes anuales. El informe subraya la falta de avances en la regularización de tierras, que agrava la violencia, y señala a Maranhão, Bahía y Pará como los estados con mayor concentración de crímenes. A pesar de estar bajo protección estatal, figuras históricas como Mãe Bernadete fueron brutalmente asesinadas.