Donald Trump ha presentado un amplio plan para bajar los precios y reducir la burocracia y ha dicho que nombrará al hombre más rico del mundo, Elon Musk, para que lo ayude, poniendo la economía en el centro de su campaña a la Casa Blanca.
En un discurso pronunciado el jueves en el Club Económico de Nueva York, el candidato presidencial republicano prometió impulsar la producción energética de Estados Unidos, recortar los impuestos y reformar el régimen regulador del país, y trató de establecer un contraste con la visión económica de Kamala Harris.
"Ella está prometiendo controles de precios comunistas, confiscación de la riqueza, aniquilación energética, reparaciones, el mayor aumento de impuestos jamás hecho y amnistía masiva y ciudadanía para decenas de millones de migrantes que consumirán billones de dólares en beneficios federales y destruirán la seguridad social y Medicare", dijo Trump.
Los republicanos temen que Trump esté perdiendo la campaña contra Kamala Harris
"Estoy prometiendo bajos impuestos, bajas regulaciones, bajos costos de energía, bajas tasas de interés, fronteras seguras, baja, baja, baja delincuencia e ingresos crecientes para los ciudadanos de todas las razas, religiones, colores y credos".
El expresidente añadió: "Mi plan derrotará rápidamente a la inflación, bajará rápidamente los precios y reavivará un crecimiento económico explosivo".
Trump dijo que eliminaría al menos 10 normativas por cada una nueva que se creara y que nombraría al jefe de Tesla, Musk, para dirigir una nueva comisión de eficiencia "encargada de llevar a cabo una auditoría financiera y de rendimiento completa de todo el Gobierno federal y de hacer recomendaciones para reformas drásticas".
Musk dijo en X que estaría "deseando servir a Estados Unidos si se presenta la oportunidad. No hace falta sueldo, ni título, ni reconocimiento".
I am willing to serve pic.twitter.com/BJhGbcA2e0
— Elon Musk (@elonmusk) August 20, 2024El discurso de Trump, ante una audiencia de ejecutivos de Wall Street, se produce mientras él y Harris compiten por persuadir a los estadounidenses de que pueden solucionar los elevados costos de vivienda, alimentación y otros, que siguen siendo un tema central para muchos votantes a dos meses de las elecciones del 5 de noviembre.
Mientras que Harris, la candidata demócrata, ha prometido ampliar el acceso a viviendas accesibles y limitar los precios abusivos en el sector alimentario, con especial atención a la llamada economía asistencial, Trump ha hecho de la bajada de impuestos, los aranceles a las importaciones y la desregulación la piedra angular de su discurso.
"Entregamos un milagro económico, que Kamala y Joe [Biden] convirtieron en un desastre económico", dijo Trump, mientras culpaba a Harris de la alta inflación de los últimos años.
Si la inflación repuntó en la presidencia de Biden, luego de que la pandemia atascara las cadenas de suministro, ha disminuido drásticamente desde que alcanzó su punto máximo en 2022. La inflación se encamina ahora hacia el objetivo del 2% de la Reserva Federal, por lo que el banco central está dispuesto a bajar las tasas de interés este mes.
Elon Musk es un misil geopolítico descontrolado
El mercado laboral también se ha mantenido históricamente sano durante este periodo, con un crecimiento récord del empleo y un desempleo ultrabajo, ya que la economía se ha expandido a buen ritmo. A lo largo de todo este periodo, el S&P 500 ha marcado nuevos récords.
Trump también prometió ofrecer "abundancia energética, independencia energética e incluso dominio energético" si gana las elecciones, declarando inmediatamente una emergencia nacional para lograr un "aumento masivo del suministro energético nacional".
Afirmó que estas medidas reducirían los precios de la energía al menos a la mitad en los 12 meses siguientes a su toma de posesión.
La producción estadounidense de petróleo y gas ha alcanzado máximos históricos durante la presidencia de Biden, aunque los precios de la nafta y otros costos energéticos son más altos ahora que cuando Trump estaba en el poder.
Trump también repitió su plan de recortar la tasa del impuesto a las ganancias sociedades del 21% al 15% para las empresas que fabriquen sus productos en el país, al tiempo que amplía los créditos fiscales para las empresas centradas en la investigación y el desarrollo.
El mes pasado, Harris respaldó aumentar la tasa del impuesto del 21% al 28%. El miércoles también propuso aumentar al 28% la tasa sobre las ganancias de capital a largo plazo para los estadounidenses más ricos, un aumento menos drástico que el propuesto por Biden.
Las propuestas de ambos candidatos para modificar el código tributario estadounidense tendrían que ser aprobadas por el Congreso.
Las declaraciones de Trump se produjeron cuando las encuestas mostraban que Harris lo aventajaba en varios de los estados indecisos [swing states] que decidirán las elecciones de noviembre. La encuesta más reciente de FT-Michigan Ross también mostró que más estadounidenses confían en Harris para gestionar la economía de EE.UU. que en Trump.
Reiteró su postura de línea dura en materia de inmigración, repitiendo su plan de deportación masiva de indocumentados. Dijo que intentaría prohibir que los beneficios federales lleguen a los indocumentados.
En declaraciones a la prensa el jueves, Kevin Hassett, expresidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca en la administración Trump, dijo que el expresidente "redoblaría" las políticas, incluidos los aranceles, que fueron una característica de su primer mandato.
Trump ya ha anunciado planes de medidas proteccionistas radicales que incluyen un arancel del 10% sobre todas las importaciones y un gravamen de más del 60% sobre los productos chinos. El jueves, dijo que su plan era una "política comercial proestadounidense que utiliza los aranceles para fomentar la producción aquí" y que llevaría a un "renacimiento económico nacional".
Muchos economistas han advertido que las políticas de Trump aumentarían las presiones inflacionarias, en lugar de reducirlas, y podrían afectar al crecimiento, mientras que su plan de recortar aún más los impuestos también podría aumentar la carga de la deuda estadounidense.
Hassett rebatió esas preocupaciones, afirmando que había "sólidas pruebas de éxito".
