Sánchez y Montero. Suena como Montero y Maidagán. Los primeros, presidente y vicepresidenta. Los segundos, autores de 'Poquita fe'. Aunque la poquita fe la tengamos en los que son políticos, así en general. Pedro Sánchez contraprogramó a María Jesús Montero y se llevó a los ministros y el Scattergories al Instituto Cervantes. Pero no es tan gracioso como la ministra de Hacienda. Ella podría ir a la Chocita del Loro, pero no al Instituto Cervantes porque dice «nominalísticamente» y «romper las vestiduras». Pero la prefiero sobre casi todos los llamados humoristas. Y para hablar de manera singular, mejor Montero que el catalán con el acento de la Sardá recriminando a Honorato y diciendo, tócate, «game over». También Sánchez tiene chispa...
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