En la meta alavesa de Maeztu hay un hombre que no sabe si flotar o llorar . Es Juanjo Oroz, el alma mater del equipo Kern Pharma, una escuadra que corre la Vuelta a España por invitación como corresponde a su categoría de segunda división y que acaba de sellar su tercer triunfo en la ronda. Al nivel de Van Aert y el Visma o de Groves y el Alpecin, el Kern Pharma ha conseguido tres etapas, dos con la revelación Pablo Castrillo y en Álava, en un final rutilante, con Urko Berrade. Es un día de contrastes en la Vuelta. Mikel Landa, el ídolo local que pasea palmito por su tierra, por las carreteras donde entrena, pierde más de tres minutos en un movimiento tectónico propio del 'landismo': cuando más se espera de él, cuando más alta es la expectativa, mayor es la probabilidad del petardazo. «Me lo dices y no me lo creo», explica feliz Juanjo Oroz en el micrófono de Eurosport, mientras abraza a su sorprendente entrevistador, Alberto Contador. Juanjo Oroz, exciclista profesional, lleva años trabajando con la cantera navarra a través del Lizarte, el conjunto amateur en activo desde 1993 cuando lo fundó su creador fallecido la semana pasada, Manolo Azcona. De ese vivero han surgido ciclistas de primera línea como Joseba Beloki, Isidro Nozal, Andrey Amador, Richard Carapaz, Marc Soler, Óscar Rodríguez o el reciente descubrimiento Pablo castrillo, vencedor de dos etapas en la ronda española. El Kern Pharma es un cuadro nodriza, que nutre a otros estructuras, con especial incidencia por proximidad y cercanía al Movistar del también navarro Eusebio Unzué. Su presupuesto, algo más de cuatro millones de euros, es una gota en el océano de los grandes mercancías como el UAE (60 millones) , el Visma (50) o incluso el Ineos cada vez más en decadencia (40). El Movistar mueve cifras en torno a los 20 millones. «Nosotros trabajamos la cantera, nuestro lema es la humildad, tenemos que mirar a más a la cantera y no tanto al negocio », dice un motivadísimo Juanjo Oroz después del éxito de Urko Berrade (26 años, Pamplona). Berrade es la explosión en meta del Kern Pharma después de haber trabajado la etapa a conciencia. Había tres ciclistas del modesto conjunto navarro en la fuga de 42 unidades (Pau Miquel, Castrillo y Berrade) y a la hora de la verdad, los tres jugaron sus cartas con maestría. Superado el puerto de Herrera por su vertiente más dura, los tres ciclistas del Kern aguantaron cada embestida de los atacantes de la escapada, se filtraron en cada fuga de la fuga, y generaron un aire de superioridad a partir de la amenaza de Castrillo, un ciclista con viento a favor. En los últimos kilómetros, en un repecho severo, Berrade probó al pelotón de fugados y no hubo réplica consistente más allá de un arreón de Kruijswijk. El pamplonés enfiló en Maeztu la terca de su equipo. Por detrás el fiasco de Mikel Landa. En el puerto que conoce como la palma de su mano, el alavés perdió paso, cedió unos metros y, desamparado, ya no se encontró hasta el final de los días. Apretó Carapaz, también lo hizo el Movistar y lo mismo el Ineos con Carlos Rodríguez para desalojar a un potencial rival para el podio. Como tantas veces Landa se hundió con la responsabilidad a cuestas. Funciona siempre mejor como segundo espada que como líder plenipotenciario. Con la afición vasca enfervorizada en las cunetas en espera de su ídolo, algún compañero del T-Rex bajó a auxiliar a Landa, pero ya no había remedio. El alavés perdió tres minutos en la meta con todo el séquito de líderes por delante. O'Connor, Roglic, Enric Mas, Carapaz, Carlos Rodríguez, Gaudu dejaron la decepción grabada en la afición vasca y una vez más en la memoria de Landa.
